domingo, 11 de enero de 2009

BERMEO

Bermeo
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Bermeo


Ubicación 43°25′15″N 002°43′17″O / 43.42083, -2.72139 43°25′15″N 002°43′17″O / 43.42083, -2.72139

• Altitud
n/d
• Distancia 33 km a Bilbao

Superficie
34,12 km²

Fundación 1236

Población
16.826 hab. (INE 2007)

• Densidad
493,14 hab./km²
Gentilicio
Bermeotarra, Bermeano/a
Código postal
48.370
Alcalde
Xabier Lagarreta Gabilondo (EAJ-PNV)
Sitio web
http://www.bermeo.org

La villa de Bermeo es un municipio de la comarca de Busturialdea, en la provincia de Vizcaya, en la Comunidad autónoma del País Vasco, en España.
Tabla de contenidos
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• 1 Historia
• 2 Geografía
• 3 Bermeotarras ilustres
• 4 Turismo
• 5 Sitios turísticos
o 5.1 Convento e iglesia de San Franciso
o 5.2 Iglesia de Santa Eufemia
o 5.3 Iglesia de Santa María de la Asuncíón
• 6 Véase también
• 7 Enlaces externos

Historia
La noticia documental más antigua de Bermeo es la consignada en la donación que hicieron el primer Señor de Vizcaya, Don lñigo López "Ezkerra" y su esposa Doña Toda, de heredades en San Juan de Gaztelugatxe, Baquio y Bermeo al monasterio de San Juan de la Peña. Años más tarde, en 1082, vuelve a citarse el nombre de Bermeo en la donación que hicieron Don Lope lñiguez, segundo Señor, y su esposa Doña Tecla, al Monasterio de San Millán de la Cogolla, de la Iglesia de "Sancti Michaelis Arcangeli in Portu de Vermelio". Estos documentos hablan de la antigüedad de Bermeo, aunque podría remontarse a épocas muy anteriores. Pues algunas leyendas sitúan la fundación del antiguo puerto de los Amanos en Túbal, descendiente de Noe, 150 años después del diluvio, o por los romanos en el siglo I a. C. bajo el gobierno del emperador Flavio Vespasiano.
Le dio Fuero en Logroño y título de Villa Don Lope Díaz II de Haro, Señor de Vizcaya, y aunque el documento no tenía fecha, sin duda fue expedido el año 1236. El Rey Don Alfonso X El Sabio hallándose en el cerco del castillo de Unzueta del Valle de Orozco, el 12 de Agosto de 1277 confirmó este privilegio.
Posteriormente, el 18 de Marzo de 1285, el octavo Señor, Don Lope Díaz de Haro, amplió y mejoró sus términos, y lo mismo hizo el Señor Don Tello, por privilegio expedido el 25 de abril de 1366.

Varios Señores de Vizcaya y a la vez reyes castellanos confirmaron los Fueros y Privilegios de la Villa en la Iglesia de Santa Eufemia. Entre ellos, Fernando el Católico, quién el 31 de Julio de 1476 confirmó a la villa como "Cabeza de Vizcaya", título que Bermeo hacía tiempo empleaba y que le fue arrebatado en 1602 tras duro y largo pleito interpuesto por los próceres que gobernaban Bilbao y otras instituciones del Señorío, que no se resignaron a que, siquiera de forma simbólica, Bermeo siguiera ostentando tal distinción.
No obstante, la primacía que vino manteniendo Bermeo en relación con las demás Villas y Anteiglesias se traduce en el hecho de que en las Juntas Generales tenía el primer voto y asiento, y cuando hablaban sus procuradores solían descubrir sus cabezas los demás que se encontraban en la Junta. Actualmente, la cabeza barbada de anciano que figura como una de las armas de su escudo heráldico, patentiza y perpetúa con toda justicia el arrebatado título.
La importancia que tuvo Bermeo se puede colegir de los numerosos privilegios y exenciones que alcanzó de los Señores y de los Reyes. Desafortunadamente los diversos incendios que padeció la Villa destruyeron todos estos documentos, si bien se conoce perfectamente su enumeración y sus fechas de otorgamiento. Ello muestra el prestigio que mantuvo la Villa y el favor del que en todo momento gozó.

Las luchas de los banderizos vizcaínos turbaron la vida de Bermeo durante el siglo XV y juntamente con los incendios que había sufrido en siglos anteriores (concretamente en los años 1297, 1347,1360, 1422) arruinaron Bermeo e hicieron que su población disminuyera continuamente.
Por otra parte, la fundación de la Villa de Bilbao en el año 1300 contribuyó notablemente a la decadencia de Bermeo.
Más adelante, nuevos incendios, uno de ellos el del año 1504, afectando a toda la Villa, asestaron buenos golpes de desdicha y desolación, haciendo peligrar incluso su propia supervivencia.
A pesar de los padecimientos sufridos, Bermeo, durante el siglo XVI, mantuvo su prestigio, de lo que dan fe, por ejemplo, la ratificación de las Ordenanzas de la Cofradía de Pescadores el 7 de Abril de 1527; la confirmación por el rey Carlos V de anteriores privilegios en el sentido de que "ni los vecinos de Bermeo, ni sus mercancías, ni extranjero que viniese a Bermeo con sus mercancías, fuese prendido sino por deuda propia o por fianza", dado en Madrid el 10 de marzo de 1546; el jubileo concedido al Convento de San Francisco por el Papa Pablo lV por bula fechada el año 1563, etc.
No obstante, Bermeo ostenta durante el siglo XVI, a despecho de su adversa suerte, una dualidad "pesca-comercio" y mantiene la mayor y mejor flota pesquera de la península, al tiempo que sus buques mercantes continúan la vieja rivalidad secular con el puerto de Bilbao.
El siglo XVIII marca para Bermeo una etapa de franco florecimiento, debido fundamentalmente, al desarrollo paulatino de la actividad pesquera, que hasta entonces venía simultaneando con la del comercio. Reanuda su dedicación a la pesca y con ella se inicia también un período de una importante actividad constructiva en muelles, calles, edificios, arroyos, escolleras, etc., lo que produce un apreciable desarrollo urbano y un considerable aumento de su población, así como una masiva implantación de "talleres u oficinas de salar pescado" e industrias auxiliares de la pesca, como la construcción naval con sus carpinteros de ribera y calafates.
Tras nuevas convulsiones provocadas por la invasión napoleónica y por las guerras carlistas, hacia el año 1872 experimenta Bermeo un extraordinario auge, con una floreciente situación económica motivada por las importantes capturas de pesca. Ello permitió emprender importantes obras de infraestructura y de construcción de edificios y de servicios públicos, muchos de los cuales han llegado hasta nuestros días. La reconstrucción de la Casa Consistorial, el antiguo matadero, la iglesia de Santa María son de esta época. Se convierte así, después de Bilbao, en la localidad vizcaína más poblada y en mejor estado económico.
Ya en el siglo XX, Bermeo se lanzó al mar con mayor ímpetu que nunca, acogiéndose a todos los avances tecnológicos, llegando ello con ello a una extraordinaria situación de florecimiento y manteniéndose en la vanguardia de las flotas pesqueras de bajura. Posee también una importantísima flota de altura, así como una extraordinaria estructuración industrial pesquera.
Geografía
En su término municipal se encuentran algunos de los accidentes geográficos más conocidos de la costa vizcaína como el cabo de Matxitxako, la isla de Izaro, el islote de Akatze o San Juan de Gaztelugatxe.
Bermeotarras ilustres
• Juán de Acurio : Piloto de la Nao Victoria, superviviente de la expedición de Magallanes.
• Néstor Basterretxea o Nestor Basterrechea Arzadun (1924): artista polifacético que ha cultivado pintura, escultura y cine.
• Francisco Basterrechea Zaldivar (1889-1975): politico y abogado.
Antonio Karmona Herrera (1968): Futbolista del Deportivo Alavés y de la Sociedad Deportiva Eibar.
• Bingen Fernandez (1972): deportista. Ciclista profesional con el equipo Euskaltel-Euskadi (1996 - 2001), y más tarde en el equipo frances Cofidis (2002 - 2006).
• José María Urcelay (1903-1979): pintor.
• Teodoro de Anasagasti (1880-1938): arquitecto
• Gregorio Solabarrieta (1900-1978): músico
• Josu Erkoreka (1960): portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso de los Diputados.
• Izaskun Bilbao Barandika (1961): Licenciada en derecho. Presidenta del Parlamento Vasco.
• Ignacio Arocena Echevarría (1931-2003): Catedrático de historia y escritor.
• Ricardo Odriozola (1965): Violinista y compositor.
• Santos Domínguez y Benguria (Bermeo, 31 de octubre de 1841- †Paraná, 24 de marzo de 1905): Contador, arquitecto, diplomático y político.
• Jose Mari Uzelai (Bermeo 1903 - Busturia 1979): Pintor realista y expresionista.
• Barrueta Benito (Bermeo 1.873 - 1953): Pintor
• Lucia Etxebarria: escritora..
Turismo [editar]
Su pintoresco puerto, su acogedor casco viejo, sus pequeñas calas para el baño, su típica cocina surtida de pescados frescos y bien condimentados, sus excelentes condiciones climatológicas -inviernos suaves y veranos no muy calurosos- hacen de Bermeo de los lugares turísticos más apacibles y de mayor atractivo de Vizcaya, en el que late, además, la vida de un pueblo vasco cargado de profundas y arraigadas tradiciones pesqueras.
Sitios turísticos
Convento e iglesia de San Franciso [editar]
El convento de San Francisco se halla extramuros desde el 30 de enero de 1357. El convento se forma de una iglesia gótica, un claustro y la residencia. Años más tarde el papa quiso cerrar el convento pero sin resultados.
Iglesia: Se trata de un rectangulo de 12 de anchura por 48 de largo y de 21 metros de alto.De una sola nave gótica del siglo XVI. La nave de siete tramos con bóvedas de crucería simple con capillas a sus lados. Su retablo es barroco. En el coro hay un gran órgano del año 1914 y un rosetón de pequeñas dimensiones. La iglesia tiene una larga historia ya que fue quemada en el siglo XIX por los ingleses y reconstruido.
Claustro:Es un cuadrado(14x14)y es el elemento más destacable del recinto.Más antigua que la iglesia es el elemento más antiguo y el más bello.El jardín que simula el Edén está cercado por una fila de arcos ojivales. En vez de bóvedas tiene simples vigas de madera que soportan el peso de los pisos superiores.Durante los siglos la residencia se modificó para ejercer de cuartel, escuela nautica, juzgado... y en el claustro solía haber el mercado de abastos. Recientemente ha sido comprado por el ayuntamiento y se ha renovado. Ahora es donde se imparten clases de catequesis.
Iglesia de Santa Eufemia
Situada junto al puerto viejo de la villa, es la iglesia más antigua y además la más importante, pues los antiguos reyes viajaban allí para jurar, por tanto es una iglesia juradera, he aquí la importancia. Del siglo XIII se cree que se fundó al mismo tiempo que la villa por que los fieles lo necesitaban. Sus dimensiones son de largo 26 m de ancho 12 m y de alto es aprox. 20 m. Dispone de una torre barroca del siglo XVIII y retablo neogótico. Entre su mobiliario cabe destacar el sepulcro de los Mendoza. Debido a varios incendios que ha sufrido la villa el actual edificio es del siglo XV. A este se le acopló un pórtico pero en el año 2000 se derrumbó en una reforma de la iglesia para que esta conservara su aspecto original, osease sin pórtico.
Iglesia de Santa María de la Asuncíón
Se trata de la iglesia más nueva de Bermeo, construida a mediados del siglo XIX por el arquitecto Severino Achucarro. Esta se construyó ya que su predecesora la iglesia Santa María de la Tala debido a un muy mal estado de conservación,se tuvo que derruir, y debido a la gran cantidad de fieles de Bermeo las otras dos iglesias no podían albergarlos a todos. Iniciadas sus obras en 1823 y aunque terminaron en 1858 no lo inauguraron hasta 1866, aun así no estaba completada ni por dentro ni por fuera con la prisa que tenían por reemplazar a la vieja iglesia de la Tala. Por ejemplo, la torre se terminó en 1899.
El edificio es neoclásico, con dos torres a los lados, el lado derecho tiene un campanario el otro no se llegó a construir. Flanqueados por las torres se encuentra el pórtico que se accede a traves de una fila de columnas que sirven de base al frontón triangular de encima. Este edificio recuerda más a un templo romano o griego que a una iglesia católica. La planta es de cruz griega con una gran cúpula octogonal que remata en el centro. Entre los arcos que sujetan la cúpula hay cuatro retablos y en la entrada a los lados hay dos capillas.
Véase también
• Casa Kikumbera
• Puerta de San Juan
• Casa consistorial de Bermeo
• Balleneros vascos
Enlaces externos
• BERMEO en la enciclopedia Auñamendi (Fundación Euskomedia)
• Página del ayuntamiento
• Información turística
• Museo del pescador
• texto antiguo fundacional de la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Bermeo.Commons
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Bermeo"
Categorías: Localidades de Vizcaya | Municipios de Vizcaya

GERNIKA Y SU ENTORNO

UN POCO DE HISTORIA

El puerto de Gernika
La cuestión territorial entre Lumo y Gernika
Las tres renterías de Lumo y Gernika
Vikingos en Urdaibai
El pecio de Urbieta
Canalización de la Ría
La batalla de Gernika

EL PUERTO DE GERNIKA

En la historia medieval se cita muchas veces el puerto de Gernika como origen dela fundación de la villa, es más se citan el puerto de suso (de arriba) y el de yuso (de abajo), pero ¿dónde estaban situados dichos puertos?. Ya Juan Ramón de Iturriza y Zabala en su “Historia General de Vizcaya” dice “...siendo memorable la denominada (casa) del Puerto de suso que está en Artecalle, fundad el año 926 por Ochoa Martinez de Barrutibaso, a la que se amarraban en la antigüedad por medio de unas argollas los navichuelos mercantiles y venaqueros...” lo que nos da a entender que el puerto llegaba hasta el mismo centro de lo que hoy es Gernika. Pero sigamos el estudio de Jose Angel Echaniz Ortuñez “Txato”, miembro del grupo de Historia Gernikazarra, en su trabajo publicado en el nº 95 de la revista Aldaba:
Hay que remontarse muchos años atrás para hacernos una idea de que el espacio que ahora conocemos era diferente al actual. Inmensos bosques cubrían el territorio y los contornos de la costa y la red geográfica eran diferentes a la actualidad. El puerto no estuvo situado en lo que hoy conocemos como cauce de la ría, al contrario que el puerto de Ajangiz que sí lo estuvo.
Para hacernos una idea del por qué de un puerto en Gernika nos tenemos que remontar a la expansión agraria habida en Europa entre los siglos X y XIII y que tuvo también su presencia en la comarca. Los primeros datos de actividad económica en la zona son del 30 de enero del año 1051 (siglo XI). En el momento de su fundación en 1366, Gernika era puerto de la anteiglesia de Luno. Gernika se asienta en la falda del monte Kosnoaga, en una loma de fuerte pendiente que baja hasta la ensenada, donde se hallaba el puerto, que situado en el interior, a medio camino de la costa, convirtió a la villa, en la antigüedad, en destacado e importante nudo de comunicaciones. La expansión urbana llevada a cabo posteriormente por la localidad abarcó algunos terrenos de marismas que en 1366 quedaban cubiertos por efecto del flujo de las mareas. Jose Angel Etxaniz, autor del trabajo, estima que las actuales manzanas de casas y calles de Artekale y Barrenkale, formaban parte de una ensenada de la ría, que con el tiempo se rellenó.

CAMBIOS
Para comprender los cambios producidos en la ría tenemos que volver la vista atrás y ver la repercusión del hombre en ella. El aprovechamiento de la ganadería y agricultura, y la explotación del monte a partir del s. XV, conllevó un fuerte retroceso de los bosques. Las roturaciones y talas en ladera, extracciones de piedra en lugares asimismo situados en la cabecera del Oka o las extracciones de arena en Gorozika, trajeron consigo la erosión, que estuvo favorecida por una orografía de fuertes pendientes, lo que unido a la gran pluviosidad de la zona fue aportando al fondo del estuario los materiales suficientes para convertir su cauce en terreno pantanoso que luego sería desecado para su utilización y aprovechamiento en la agricultura.

¿DÓNDE ESTUVO EL PUERTO?
Todo hace pensar que en Gernika se daban las condiciones necesarias para que hubiese un puerto fluvial, puesto que el estuario de la ría, un buen fondeadero natural para todo tipo de embarcaciones, permitía la huida de la mar abierta y a su vez facilitaba la actividad portuaria. La primera vez que se cita el puerto es en la Carta Puebla fundacional emitida por Tello de Trastámara en 1366.
Por lo que dice Juan Ramón de Iturriza, en el texto antes mencionado de que “...siendo memorable la nominada del Puerto de suso que está en Artecalle...a la que se amarraban en la antigüedad por medio de unas argollas los navichuelos mercantiles...” dicho puerto de suso estaba en Artecalle, y la existencia de argola de amarre en varias casas de Artekale están recogidas por varios testimonios de vecinos, uno de ellos Castor Uriarte, arquitecto municipal entre 1928-1937.
Sobre el puerto de yuso (abajo), Etxaniz cree tenerlo localizado al noroeste de la villa, en los alrededores de la iglesia de San Juan, concretamente al sur de la misma, haciendo referencia a un documento de 1505 donde se habla de la iglesia de San Juan del Puerto de Guernica.

CONCLUSIONES

A las conclusiones a las que llega el autor se pueden resumir en que el estuario de la ría en el pasado fue un lugar seguro para fondeo de embarcaciones. Guernica, fondo de saco del mismo, en la antigüedad (Época Romana-Alta Edad Media) fue posiblemente un puerto muy activo. Los montes que le rodean hacían de él una segura defensa para la tranquilidad de las embarcaciones allí fondeadas. Ese mismo anfiteatro orográfico que le resguardaba de vientos, corrientes y tempestades, fue sin embargo su mayor enemigo, al arrojar sobre su cauce tierras y aportes, sobre todo con la aparición de la agricultura y la deforestación consiguiente. La desecación de las marismas durante los siglos XVIII-XIX agravó el problema. La colmatación del estuario llevó a que lo que era una amplia lámina de agua se fuera constriñendo en un cada vez más estrecho cauce por el que transcurría el agua de la ría, trazando meandros a través de las marismas.
En el año 1366, Guernica –que no era otra cosa que el puerto de la anteiglesia de Luno- al ser separado de aquella, sería ya un puerto fluvial en claro retroceso y posiblemente inoperante en bajamar, haciendo que el soporte mareal fuera imprescindible para llegar a él. En 1476 Fernando el Católico prometió estudiar la construcción de un canal.
Guernica tuvo dos muelles o puertos. El de Suso, situado en Artecalle, y el de Yuso, en San Juan de Ibarra. Hubo así mismo otros fondeaderos.
Ante las dificultades para la navegación por la ría y el acceso a la villa, en 1903 se iniciaron las obras de construcción de un canal. Veinte años después, estas se paralizaron, dejando parte del canal construido. Con ello se dejó inoperante el “Puerto de Ajanguiz”. En sus proximidades, a finales de 1988, durante unas obras en la ría, aparecieron restos de una embarcación de madera, con una eslora estimada de 10 a 12 metros. Este pecio apareció en la antigua confluencia del río Oka y su afluente el río Golako, sepultado en lodo, a cuatro metros de profundidad. Su datación por radiocarbono la sitúa entre los años 1450 y 1460. Según sus descubridores e investigadores Manuel Izaguirre y Luis Valdés, el pecio correspondería con una embarcación menor, construida totalmente en madera de roble (las tracas del casco) y de haya (la quilla). La embarcación estaría embreada tanto por su interior como por su exterior con calafate de color amarillo. En las inmediaciones así como en el interior de la embarcación se ha encontrado mineral de hierro, sin embargo los investigadores no se atreven a asegurar que se usaba para el transporte de dicho mineral. Las investigaciones siguen su curso.

(Fuentes: Aldaba nº 95 “El puerto de Guernica. Jose Angel Echaniz “Txato”)

LA CUESTION TERRITORIAL ENTRE LUMO Y GERNIKA (1366-1576)
En 1366, Gernika pasó de ser un simple barrio de Lumo a lograr la independencia de aquél, y a tener un amplísimo territorio que ocupaba más de la mitad de Urdaibai. Sin embargo, en 1576 se quedó sin ningún territorio. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo se llegó a esta decadencia?

INDICE
1.- Introducción
2.- 1366. La cuestión territorial en la carta puebla.
3.- 1366. La cuestión territorial en el acuerdo entre la villa y los Meseta de Lumo.
4.- 1451. El reparto territorial en las ordenanzas entre Lumo y Gernika.
5.- Persistencia del conflicto territorial.
6.- El gravísimo incidente de 1565.
7.- 1576. El amojonamiento de la villa.


1.- INTRODUCCIÓN
Durante la Alta Edad Media, Bizkaia era un territorio muy pobre. La superación de esta pobreza endémica se dio gracias a la lana de oveja castellana ya que para su transporte y exportación a Europa, comenzaron a trazarse varias rutas comerciales entre Castilla y los puertos marítimos vizcaínos.
Una de estas rutas era la que desde Durango llegaba hasta el puerto de Bermeo. A medio camino entre estas dos villas quedaba el pequeño puerto de Lumo, llamado Gernika. Aquel insignificante puerto, con la llegada de las caravanas de carros castellanos repletos de lana, se transformó y comenzó a llenarse de pequeños barcos que transportaban lana por la ría hasta Bermeo. En aquel fondeadero, en pocos años, se levantaron almacenes, algún que otro mesón y hospedería, etc, y se crearon puestos de trabajo, como estibadores, carreteros, herreros, etc., favorecidos por el dinero que comenzaba a moverse en torno al puerto de Gernika.
Los Mezeta dueños del puerto y señores de Lumo, no desaprovecharon la ocasión para enriquecerse, ya que comenzaron a cobrar impuestos a todo carro con género comercial que cruzaba Lumo y a todo barco que entraba o salía del puerto de Gernika. Para ello levantaron una casa rentería (una aduana) donde se pagaban tales impuestos.
Pero también los señores de Bizkaia se habían dado cuenta de lo económicamente apetecible que resultaba el puerto de Gernika. Desde comienzos del siglo XIV y durante décadas se va a librar una pugna intensa por el control de ese enclave entre los Mezeta y los señores de Bizkaia.

2.- 1366: LA CUESTIÓN TERRITORIAL EN LA CARTA PUEBLA DE GERNIKA
El puerto de Gernika se separa de Lumo
Los sucesivos señores de Bizkaia ansiaban controlar completamente el importantísimo eje mercantil que discurría desde la villa Durango hasta la villa de Bermeo, pasando por el puerto de Lumo, denominado Gernika. Los señores de Bizkaia controlaban las dos primeras villas, pero no así el tal puerto, perteneciente a la familia Mezeta.
Esta situación la modificó don Tello por las bravas: El 28 de abril del año 1366, el conde de Bizkaia don Tello, separó por decreto inmediato e inapelable el puerto de Gernika, de la anteiglesia de Lumo y de los Mezeta, para crear una nueva entidad jurídica: la villa de Gernika.
Además de lo anterior, Don Tello otorgó a la nueva villa de un gran número de privilegios políticos y económicos, con el objetivo de convertirla en la potencia comercial y política de la comarca.

Don Tello dona amplios territorios a la nueva villa.
Estos eran los límites de la villa en la carta puebla:
• Desde Gernika a Busturia.
• Desde allí a Metxikas.
• Desde allí a Santa María de Idoibalzaga (Rigoitia).
• Desde allí, por Gerekiz y Morga, a Autzagane.
• Desde allí, por Ibarruri, Ajurias y Albiz, a Mendata.
• Desde allí, por Arrazua, Nabarniz y Oma, a Arteaga
• Desde Arteaga a Gernika.


Pero estos territorios que tan generosamente concedió Don Tello a Gernika, no eran suyos, tenían dueño: Las anteiglesias y los señores de dichas anteiglesias, quienes comenzaron a litigar judicialmente desde el mismo momento en que Don Tello dictara la carta puebla de la villa de Gernika.

La iglesia de San Pedro de Lumo
Desde, al menos, el año 1051 tenemos constancia documental de la existencia de esa iglesia monasterio. Este lugar se compondría de un grupo de colonos que dispondrían de casas, huertos, árboles frutales, montes con pastos, molinos y ganados, levantados en torno a la iglesia y al cementerio de San Pedro. Con el tiempo , este monasterio se convertirá en una iglesia propia, propiedad de la familia Mezeta de Lumo, quien podía venderla, enajenarla, etc, exactamente igual que cualquier otro bien material.
Pues bien, en la carta puebla de la villa de Gernika, Don Tello cedió ese monasterio, con todos sus diezmos y pertenencias, a la villa, a cambio del pago a él y a sus sucesores, de una renta de 1800 maravedíes anuales.

3 - 1366: LA CUESTIÓN TERRITORIAL EN EL ACUERDO ENTRE GERNIKA Y LA FAMILIA MEZETA
La fundación de la villa de Gernika supuso un gran batacazo económico y
político para el linaje de los Mezeta, señores tradicionales de Lumo. De golpe y porrazo, merced al decreto que expidió don Tello aquel 28 de abril del año 1366, los Mezeta perdían sus derechos sobre el puerto , sobre los diezmos e impuestos que gravitaban sobre San Pedro, sobre una importante cantidad de territorio etc.
No es de extrañar que hubieran tratado de impedir la creación de esa nueva villa. Pero sus esfuerzos, litigios e intrigas fueron infructuosos . Por esa razón, cambiaron de estrategia: a partir del mismo momento de la creación de la nueva villa, buscaron la forma de obligar a la entonces todopoderosa Gernika a renegociar los privilegios recibidos de don Tello.
Pronto lo lograron, rectificando el cauce del único arroyo que surtía de agua dulce a la nueva villa, y que penetraba a ella por detrás de la iglesia de Santa María, de tal modo que –desde la modificación del cauce- los vecinos de Gernika no contaban con una sola gota de agua dulce para beber. Ante una situación tan insostenible, la nueva villa no tardó en llamar a los Mezeta para tratar de solucionar el embrollo.
Así, el 15 de junio de 1366, solo 48 días después de la fundación de la villa, Juan Sánchez de Mezeta firmó un acuerdo con la nueva villa, en el que , a cambio de dejar llegar el agua dulce hasta el interior de la villa, consiguió recuperar algunos privilegios y exenciones que don Tello le había arrebatado para dárselos a Gernika.
Merced a ese convenio, Mezeta volvió a adjudicarse para sí y para sus descendientes el derecho a cobrar los impuestos relativos al paso del género comercial y el derecho a levantar una nueva casa rentería para hacerlo.

La iglesia de San Pedro vuelve a manos de los Mezeta

Del mismo modo, Juan Sánchez de Mezeta, merced a su ventajosa posición de fuerza respecto a Gernika, consiguió arrebatar a la villa la propiedad del monasterio de San Pedro, aunque habría de pagar en adelante a la villa la misma cantidad de dinero que ésta debía pagar a don Tello por la donación de tal iglesia.
Sin embargo, no consiguió recuperar el Mezeta todos los terrenos pertenecientes a la dicha iglesia, ya que la villa se quedó con las heredades comprendidas desde Iturbe hasta Inchaurraga, y desde allí hasta Zallo, así como las heredades de dicha iglesia en Gorritiz.
Por lo tanto, los Mezeta, señores de Lumo, recuperaban la casa rentería y la propiedad de la iglesia de San Pedro, así como varios territorios unidos a dicho monasterio. Pero como la villa de Gernika no dejaba de intrigar para volver a recuperar estos derechos, los Mezeta solicitaron –y lo consiguieron- de los distintos señores de Bizkaia, la confirmación de lo firmado en el acuerdo del 15 de junio de 1366. De ese modo, en 1378, don Juan confirmó dicho documento, como luego lo ratificaron Enrique III y Juan II, en 1411.

Los “uriauzoak” de Gernika en Lumo
A finales del siglo XIV, la situación política y social en Bizkaia era muy turbulenta, ya que una grave crisis económica sacudía al señorío. Con esta recesión económica llegaron el hambre y el empobrecimiento de los campesinos. Por su parte, la nobleza rural intentó mantener su nivel de vida incrementando los impuestos y arrebatando las tierras a los campesinos.
Los campesinos trataron de protegerse de esos abusos solicitando al señor de Bizkaia el permiso para avecindarse en las diferentes villas, a pesar de permanecer ellos mismos y sus propiedades en la jurisdicción de la Tierra Llana. Esto lo consiguieron en 1376 del señor de Bizkaia, Juan I, quien permitió a los campesinos avecindarse en las villas del señorío.
En virtud de tal decreto, una gran cantidad de labradores censuarios se avecinaron en Gernika. Por Lucas Altube sabemos el nombre y la cantidad de esos “urioauzoak”. Se trataba de unos doscientos caseríos de toda la comarca de Busturialdea, además de alguno situado en Bakio y Murélaga.

4.- 1451. EL REPARTO TERRITORIAL EN LAS ORDENANZAS ENTRE LUMO Y GERNIKA
El ambiente político entre la villa de Gernika y la anteiglesia de Lumo distaba mucho de ser buena. Ninguna de ellas, siempre que había ocasión, se resistía a sacar un largo listado de agravios perpetrados por el vecino. Incluso , cuando había dinero para hacerlo, se querellaba judicialmente contra él.
Sin embargo, el 20 de marzo de 1451, la villa y la anteiglesia firmaron unas ordenanzas tendentes a lograr la paz y la concordia entre ellas, cosa nada fácil por lo anteriormente comentado.
De ese modo, los concejos de Lumo y de Gernika acordaron y firmaron un capitulado compuesto por trece artículos, en los que se arbitraron desde asuntos económicos hasta los ámbitos de jurisdicción entre la villa y la anteiglesia, y los límites territoriales entre ambas.

5.- PERSISTENCIA DEL CONFLICTO TERRITORIAL
Ni la anteiglesia de Lumo ni los Mezeta se habían resignado jamás a perder los territorios que don Tello había donado a la villa de Gernika, y que aquellos consideraban de su exclusiva propiedad. Este afán por recuperar los territorios perdidos por parte de la anteiglesia, y la tozudez en la defensa de lo consignado en la carta puebla por parte de la villa se mantuvo durante décadas. De hecho, desde 1451 hasta el año 1579, que es cuando se da fin a este litigio, se mantuvieron unos largos y costosísimos pleitos que, como decía el profesor Francisco Sesmero, arruinaron moral y económicamente a unos y a otros, y mal quistaron voluntades entre ambos.

6.- EL GRAVÍSIMO INCIDENTE DE 1565
Las relaciones se fueron estropeando hasta que un chispazo, en el año 1565 dio lugar a una gran crisis. El incidente que provocó el chispazo fue el siguiente: Gernika mantenía desde los tiempos de su independencia de Lumo los dominios sobre las ibarras (vegas) de la ría. Lo que ocurría dentro de ellas se consideraba como una competencia de la villa. Tanto Lumo como el Señorío de Bizkaia y otras anteiglesias vecinas habían protestado incesantemente por lo que consideraban una interpretación abusiva de la carta puebla de la villa:
Estando la villa en posesión pacifica desde tiempo inmemorial para guardar las ibarras de la presa y pastos de ellas, y las de Santanahondo, y de prendar los ganados de los vecinos de fuera de la villa que entraban a pacer en las ibarras, por estar en el término y jurisdicción de la villa,(ocurrió...) que Clemente de Olaeta, alcalde ordinario de la villa, juntamente con el fiel y jurados de ella, había ido a prender ciertos bueyes que andaban paciendo en las ibarras. Y los andaban guardando Martín de Goitisolo y Pedro de Madalan, cuyos eran los dichos bueyes (....).
Y los dichos Pedro de Madalan y Martín de Goitisolo se le habían resistido. Y por fuerza habían pasado los bueyes a la otra parte del río, fuera del término y jurisdicción de la villa. (....) y no contentos con lo susodicho (....) los acusados, dándose favor y ayuda los unos a los otros y armados de diversas armas defensivas, habían atacado al alcalde por el puente de la rentería de Guernica.
Y le habían dicho muchas palabras feas e injuriosas, y le habían tirado muchos botes de lanzas y golpes de espadas, con los cuales le habían dado dos golpes en el pecho y le quebraron la vara de justicia que tenía en las manos. (...) Y le hubieran matado si no fuera por nuestro señor Dios que le había querido guardar y algunas personas que les habían estorbado.

Querella criminal de Gernika
La villa interpuso una querella criminal contra los que tomaron parte en la agresión y el desacato a la autoridad. Pero, además, la villa no estaba dispuesta a que se pusiese en duda su propiedad sobre las ibarras ni sobre ningún otro territorio. Lumo se defendió aduciendo que la villa solo tenía jurisdicción dentro de los muros, pero de poco le valieron las alegaciones porque en 1569 el juez mayor de Bizkaia dictó sentencia a favor de la villa.
Esta resolución no satisfizo las aspiraciones de Lumo y junto con el apoyo del señorío presentó un documento de recusación de la sentencia, y tuvieron que pasar otros cinco años para que se dictara la sentencia definitiva en la que la villa salió perdiendo, por lo que Gernika y su jurisdicción quedaba reducida a la villa, su interior y las casas avecindadas. Ante este panorama, la villa recurrió la sentencia.

7.- 1576. EL AMOJONAMIENTO DE LA VILLA DE GERNIKA
La situación comenzaba a parecer enojosa a todo el mundo porque se estaban gastando los fondos en unas batallas legales en las que las tramas burocráticas se eternizaban y los resultados no eran del todo satisfactorios para ninguna de las dos partes en litigio. Tampoco las altas instancias judiciales eran capaces de encontrar una solución clara al conflicto, con lo que éste se estaba haciendo inmensamente largo, toda vez que –ante cualquier sentencia- la parte que se sentía perdedora inmediatamente recurría el fallo.
Así las cosas, las más altas instancias jurídicas y políticas decidieron realizar un nuevo amojonamiento, esta vez claro y definitivo, que despejara las dudas sobre territorios y jurisdicción que se mantenían por un amojonamiento antiguo e impreciso, y por unas leyes apenas redactadas, confusas en sus términos y solo parcialmente admitidas por unos y otros.
Y así, el 19 de enero del año 1576, el corregidor del señorío de Bizkaia, Xinés de Perez, se dispuso a ejecutarlo. La fecha elegida, el 19 de enero, víspera de San Sebastián, que era por aquella época el patrón de la villa de Gernika, nos llena de dudas. ¿Se trataba de una casualidad, o, por el contrario, era un escarnio contra la villa por parte de quienes conocían de antemano las pésimas consecuencias que tal amojonamiento le traería?.
La villa no podía aceptar de buen grado el amojonamiento realizado, ya que suponía, además de una merma absoluta de territorios, un ataque fulminante a su independencia política y económica. Por ello, continuaron pleiteando contra el amojonamiento. Pero todo fue en vano. El Señorío y la anteiglesia de Lumo no se iban a dejar arrebatar lo que por otra parte no dejaban de considerar como suyo, no solo moralmente, sino que, desde el amojonamiento, también legalmente.
Por fin, mediante una sentencia emitida en la audiencia de Valladolid, el día dos de mayo del año 1579, se puso punto y final a la querella y al largo número de recusaciones de una y otra parte, ya que se dictó que tanto la petición de amojonamiento como su ejecución habían sido legales, y ordenaba que cesaran las recusaciones y los alargamientos sobre el tema..
La villa pasó en poco menos de 200 años de ser la principal potencia económica, política y territorial de la comarca, a quedar encerrada en un perímetro ridículo de 30.000 metros cuadrados, constreñida por todas partes por la poderosa anteiglesia de Lumo. La villa entró en una época de depresión social, política y económica que perduraría durante las siguientes décadas.


Artículo recopilado de la Revista Aldaba, nº 29 “Esplendor y decadencia de Gernika” cuyo autor es Alberto Iturriarte Martinez, componente de Gernikazarra Historia Taldea.



LAS TRES RENTERIAS DE LUMO Y GERNIKA

Las renterías eran unas casas o lonjas donde se realizaban las funciones de aduana: En un primer momento, allí se controlaba, se pesaba y se cobraban los impuestos pertinentes a todo tipo de género comercial. Pero con el paso del tiempo, las renterías se especializaron en el control del tráfico comercial del hierro y de sus derivados.
Lumo y Gernika tuvieron tres renterías a lo largo de los tiempos: La primera estuvo en Lumo y duró hasta el año 1366. La segunda, en la nueva villa de Gernika, desde el año 1366 hasta finales del s.XV. La tercera, también en la villa de Gernika, desde finales del s.XV hasta mediados del S.XVI.

SITUACIÓN HISTÓRICA
La lana castellana
En la Edad Media, el Señorío de Bizkaia era un territorio muy pobre. Su riqueza se limitaba a unos bosques frondosos y a una pequeña cabaña ganadera que apenas podía subsistir en las escasas áreas de pasto. Por su parte, la agricultura era tan primitiva e insuficiente que difícilmente garantizaba la manutención de quienes la practicaban. Solo algunos frutos, como la bellota, la castaña y la manzana se recogían con cierta abundancia. Con este panorama económico, las hambrunas y sus consecuentes mortandades azotaban periódicamente a la población.
La superación de esta pobreza endémica se dio gracias al resurgir económico del vecino reino de Castilla, ya que desde mediados del siglo XIII comenzó a exportar a Europa su principal materia prima, la lana de oveja, por los puertos de la costas vizcaínas. De ese modo, los pescadores vizcaínos, buenos conocedores de la mar y sus rutas, comenzaron a surcar los mares como transportistas del género castellano.
Como consecuencia de este resurgir económico, comenzaron a trazarse varias rutas comerciales entre la meseta castellana y los puerto vizcaínos, se construyeron nuevos caminos, se fundaron villas que garantizaban el orden en ese comercio, y se comenzaron a reutilizar con mucha más intensidad las rías y el transporte fluvial. Todo valía si ayudaba a consolidar un comercio que, poco a poco, alejaba al señorío de las habituales hambrunas.
Una de las más importantes rutas mercantiles entre la meseta castellana y los puertos vizcaínos era la que entraba por la villa de Durango y llegaba hasta el puerto de la villa de Bermeo. En medio quedaba el insignificante puerto fluvial de Lumo, en su barriada de Gernika.

El hierro
A comienzos del siglo XIV, Bizkaia conoció una segunda revolución económica que hizo prosperar y progresar durante los siguientes siglos a los vizcaínos. La revolución del hierro vizcaíno.
Para explicar esta revolución, hay que tener en cuenta que en aquella época en Bizkaia se dieron las condiciones perfectas para que su hasta entonces primitiva, tosca y poco importante industria siderúrgica pasara a convertirse en un agente de riqueza de primer orden: Por un lado, el hierro era un mineral abundante en Bizkaia. Por otro lado, el Señorío disponía de una abundante masa forestal y de una gran cantidad de ríos. La suma de estos tres elementos determinó una potente red de ferrerías y un muy importante entramado socio económico.
Así, de las minas de la margen izquierda del Nervión, llegaba el mineral a los cercanos puertos de Musquiz, Portugalete o Galindo. Desde allí salían los barcos con la vena de hierro, y bordeando la costa vizcaína, remontaban la ría de Gernika, hasta llegar al fondeadero que se había levantado en Lumo, y que había alcanzado una cierta importancia con el comercio de la lana castellana. Allí se descargaba el mineral y se distribuía por las diferentes ferrerías de la zona.
Gracias al comercio de la lana castellana y al del hierro, Bizkaia conoció un fuerte despegue económico. La exportación generaba unos beneficios que eran invertidos en nuevas naves, nuevas ferrerías, etc. lo que redundaba –a su vez- en más trabajo, más dinero y más consumo. En suma, la nueva riqueza económica atraía más riqueza.

Los puertos y renterías
La explotación del hierro y el comercio de la lana castellana están íntimamente ligados a los puertos marítimos y fluviales. En torno a estos puertos se fueron creando una gran cantidad de puestos de trabajo: Los marinos que llevaban y traían los productos comerciales, los astilleros que construían o reparaban los barcos, los estibadores que cargaban y descargaban el género, los encargados de controlar, almacenar, pesar y cobrar las tasas pertinentes sobre los productos que hasta el puerto llegaban, los encargados de distribuir el género por la zona, los dueños de carros y animales que llevaban y traían los productos comerciales, etc.
Además, a medida que el comercio fluvial y el terrestre iban aumentando en importancia, se comenzaron a construir unos edificios, las renterías, destinados a convertirse en lugar obligatorio donde debía confluir todo el género comercial que pretendía entrar, pasar o salir del lugar. Allí se inspeccionaba y se pesaba el género y se pagaban las tasas pertinentes.
La prosperidad que aparecía en torno a los fondeaderos y a las renterías animó a otros particulares a construir en sus cercanías almacenes, mesones, hospederías, etc. Todo ello contribuyó a que en esas zonas (por ejemplo, el Puerto de Lumo) alcanzaran un grado de riqueza bastante superior al de otras zonas agrícolas y ganaderas del entorno.
En resumidas cuentas, no es de extrañar que aquel puerto que había cobrado una importancia capital por su ubicación estratégica y por la pujanza económica que alcanzó por aquellos años, comenzara a ser económicamente y políticamente apetecible para la corona de Castilla y para su aliado, Don Tello, el conde de Bizkaia.

LA PRIMERA RENTERÍA DEL PUERTO DE LUMO(¿...?-1366)

Documentalmente se conoce que desde, al menos, el año 1051 funcionaba el puerto de Lumo, denominado de Gernika, que pertenecía al linaje Mezeta. Se sabe que este linaje tutelaba, utilizaba y se beneficiaba del tal descargadero y de los puentes aledaños.
La ubicación de este puerto de Lumo era muy buena ya que concurrían en él las siguientes circunstancias: Por un lado ,hasta allí llegaba con fuerza la marea (lo que ayudaba al tráfico marítimo), y –a la vez- era el primer lugar desde la costa en el que , a través de vados y de puentes, era posible cruzar la ría en bajamar. Además el puerto de Lumo se hallaba a medio camino en el eje comercial entre Durango y Bermeo.
Aclaremos que cuando nos referimos al tal puerto de Lumo, nos estamos refiriendo a un sencillo embarcadero de madera, con algunas rampas para facilitar la carga y descarga de las mercancías, y con una explanada junto a él donde se descargaba y depositaba el género comercial.

Lo que ocurre es que aquella insignificante dársena experimentó en pocas décadas una enorme metamorfosis gracias al trasiego de las lanas castellanas y del hierro vizcaíno, para pasar a convertirse en un puerto relativamente importante. De pronto, aquello comenzó a llenarse de pequeños barcos y de mercancías que entraban y salían desde y hacia el litoral. Y en su entorno se comenzaron a levantar almacenes, mesones, hospederías, etc.
Por su parte, los Mezeta, verdaderos amos de Lumo, no desaprovecharon la ocasión de enriquecerse y comenzaron a cobrar unas tasas sobre las mercancías que entraban y salían del puerto.(Aún no se conoce documentalmente si el cobro de tales impuestos los hacían con el consentimiento de los señores de Bizkaia, o si habían llegado a algún tipo de arreglo entre ellos). Estos Mezeta cobrarían por utilizar sus puentes y caminos (el peaje), por la décima parte del valor de la mercancía (el diezmo), por las recuas de ganado que transitaba por la zona (el recuaje), y por echar las anclas o pernoctar en las aguas de Lumo cualquier barco (el anclaje). Además, construyeron un edificio desde donde controlaban el tráfico comercial, tanto el fluvial como el terrestre, y donde se cobraban y pagaban los impuestos preceptivos: era la rentería de los Mezeta en Lumo. Su ubicación, según algunos documentos, podría ser la que se encuentra entre la que hoy ocupa el actual museo de Euskal Herria y el arranque de la carretera que sube a San Pedro de Lumo. Sin embargo hay otra hipótesis que hace referencia a un puente que se encontraría en la confluencia de las actuales calles Adolfo Urioste con Barrenkale y Ocho de Enero, en el lugar en el que hoy se levanta el banco de Bilbao-Vizcaya. Nuevos documentos o hallazgos pueden dar nuevas pistas sobre su ubicación.

LA SEGUNDA RENTERÍA EN LA VILLA DE GERNIKA
(1366-FINALES DEL S.XV)

El puerto de Gernika se separa de Lumo
Dentro del conflicto social, político y militar que enfrentaba a los señores de Bizkaia con la aristocracia local (los jauntxos), el control de las vías de comunicación comerciales jugaba un papel muy importante. Así, los señores de Bizkaia ansiaban controlar completamente el importantísimo eje mercantil que discurría desde la villa de Durango hasta la villa de Bermeo, pasando por el puerto de Lumo, denominado Gernika. Los señores de Bizkaia controlaban las dos primeras villas, pero no así el tal puerto de Lumo, perteneciente a la familia Mezeta.
Esta situación la modificó el señorío por las bravas: En el año 1366, el conde de Bizkaia Don Tello separó por decreto inmediato e inapelable el puerto de Lumo, denominado Gernika, de la anteiglesia de Lumo y de los Mezeta, para crear una nueva entidad jurídica: la villa de Gernika. En ese momento, la nueva villa contaba con diez casa en su interior, y su límite con la ría se correspondía con la actual Artekale, donde se situaba el puerto.
Además, don Tello la dotó de una serie de privilegios económicos encaminados a debilitar a Lumo y los Mezeta en particular y a las anteiglesias de los alrededores en general, y a fortalecer a la nueva villa:
- Que las naves que salieran o llegaran al puerto de Gernika no pagasen impuestos en ningún tramo de la ría.
- Que el camino entre Durango y Bermeo pasara obligatoriamente por la villa de Gernika.
- Que todas las mercancías que entraran o salieran de la villa, tanto por mar como por tierra, no pagaran impuestos. etc.

A la vista de lo anterior, parece evidente que, mediante un estricto monopolio comercial, la nueva villa daba todas las facilidades a las embarcaciones y mercancías que realizaban el recorrido por la ría hasta Mundaka y viceversa. Así, y aprovechándose delos privilegios contenidos en la carta puebla y de la benigna situación económica que se creaba en torno al puerto, llegó el momento del despegue económico de la villa de Gernika.

Convenio entre los Mezeta y la nueva villa de Gernika
Con la fundación de la villa de Gernika, los grandes perdedores fueron los Mezeta, dueños y patronos tanto de Lumo como del puerto de Gernika, quienes asistían estupefactos al decreto de don Tello. Mediante esta especie de expropiación forzosa, los Mezeta perdían los derechos sobre el puerto y los diezmos e impuestos que gravitaban sobre la iglesia de San Pedro, además de perder una cantidad importante de terrenos y territorios. Para colmo, algunos solares le dejaban de cotizar impuestos al avecindarse en la nueva villa.
Pero los Mezeta no se cruzaron de brazos. A partir del momento de la creación de la villa, dirigieron sus esfuerzos, influencias y alianzas para anular o renegociar algunas concesiones otorgadas a la villa de Gernika. De momento, se dieron cuenta de que la nueva villa tendría todo tipo de privilegios y de derechos, pero le faltaba algo absolutamente imprescindible para su supervivencia: agua potable. Todo el agua dulce que llegaba a la villa transcurría previamente por terrenos de los Mezeta. Por ello, los Mezeta mandaron modificar el cauce del riachuelo que llegaba a Gernika, de tal forma que no le llegara ni una gota de agua dulce.
Los resultados fueron fulminantes: el 15 de junio de 1366, 48 días desde la fundación de la villa, el concejo de la villa de Gernika hubo de firmar un convenio con Juan Sánchez, líder de los Mezeta, por el que éstos consiguieron una serie de privilegios y exenciones, extensivos a sus sucesores, merced a una permuta de terrenos que interesaba sobremanera a la nueva villa, ya que por ellos tendrían asegurado el suministro de agua dulce.
Merced a esta permuta, hubo de cambiarse el emplazamiento de la rentería. Así Juan Sánchez de Mezeta consiguió levantar una nueva rentería sin pagar por ella, ni por el solar que ocupaba, ningún tipo de impuestos a la villa.
Consiguió, además, el monopolio comercial, al establecer en dicho acuerdo que todo el tráfico comercial, tanto el terrestre como el fluvial, debía pasar por su rentería, donde habría de satisfacer los impuestos pertinentes, a favor de los Mezeta, recuperando así para su linaje el cobro de impuestos, en detrimento de la nueva villa de Gernika.
En cuanto a la ubicación de esta segunda rentería, se encontraba en lo que hoy conocemos como Artekale, en su confluencia con la calle de Adolfo Urioste, exactamente en la esquina en la que hoy se encuentra la farmacia de Boyra.
En cuanto a los documentos que hacen referencia a esta segunda rentería, se habla de Pedro Ibáñez de Albiz, vecino de Gernika, que suscribe sus documentos desde la casa en la rentería del puerto. Ello se debe a que en la primera mitad del siglo XV, la señora de la casa Mezeta, Juana González de Mezeta, se había casado con el señor de la Torre de Albiz, Pedro de Albiz.
Tal enlace matrimonial fue económicamente y políticamente muy interesante para ambos: Por un lado, La casa Mezeta estaba emparentada con el muy potente bando de los Mújica (la propia Juana era nieta por línea materna de los señores de la torre de Mújica, y mantenía, entre otras cosas, el patronato de San Pedro de Luno, el prebostazgo sobre la villa de Gernika, el derecho de peaje al pasar por ella y el cobro de impuestos en la rentería del puerto.
Por su parte, la casa de Albiz, además de amplias posesiones en la zona, se había avecindado en la villa, donde mantenía un enorme poder sobre ella, al haber ocupado todos los resortes políticos y económicos de Gernika. Por lo tanto, al unir sus destinos las casas de Albiz y de Mezeta, no hacían sino perpetuar su poder social, político y económico tanto en Lumo como en Gernika.
A modo de curiosidad, podemos añadir Juana González de Meceta y Pedro de Albiz mandaron construir un sepulcro para ser enterrados en el interior de la iglesia de Santa María de Gernika. Allí, en un lugar próximo al presbiterio, al lado del Evangelio, se encuentran sus figuras yacentes, esculpidas en un estilo gótico. Esta ubicación preferente en el interior de la iglesia denota un poder y una influencia sobre la villa muy importantes.

LA TERCERA RENTERÍA EN LA IBARRA DE SAN JUAN DE GERNIKA
(finales del s. XV-principios del XVI)
Colmatación de la ría

En las décadas siguientes a la fundación de la villa, la ría cambió notablemente su fisonomía y lo que antes fue navegable, se fue transformando en marisma. Este cambio se debió a la intensa deforestación que se produjo por el alto consumo de leña y carbón que se hacía para las ferrerías que por entonces comenzaban a proliferar en la zona. A mediados del siglo XVI, el hierro se obtenía de fundir el mineral con carbón vegetal. La fundición se llevaba a cabo alternando y mezclando el carbón vegetal con el mineral de hierro. Esta técnica exigía el empleo de enormes cantidades de madera, lo que explica que esta ferrerías primitivas se ubicasen en las proximidades de los bosques, en los montes.
Así, con las talas masivas de los bosques de los alrededores, los suelos comenzaron a erosionarse y los arrastres fueron a parar a los arroyos y al río Oka. Y por esos conductos a la ría, más concretamente al lugar donde confluían el río y la ría: Delante de la nueva villa de Gernika.
Como consecuencia de estos depósitos, se formaron unas marismas en las que la navegación se hacía ya imposible. La ría se retiró hacia el este –hacia la zona de Ajangiz-, y ya solo por allí era posible la navegación.
La rentería seguía en manos de los Mezeta y por un documento que aporta el doctor Aguirre Gandarias se sabe que aportaban a la defensa de la corona: tres lanzas (tres soldados) y ocho ballestos mareantes (ocho soldados armados de ballestas para los barcos de la corona), así como 700 maravedíes por la prebostad y el peaje de Gernika y 1.800 maravedíes por el monasterio de San Pedro de Luno.
Ya a mediados del siglo XV, el antiguo puerto de Artekale se encontraba absolutamente colmatado e inservible, por lo que los vecinos de Gernika necesitaban levantar un nuevo fondeadero.
Además, en aquella época, siguiendo a Jose Angel Etxaniz y a Antonio Pou, la villa se hallaba completamente constreñida dentro de sus muros y necesitaba urgentemente expandirse. Con el puerto de Artekale inutilizado, y una ría en franco proceso de colmatación, aquellos guerniqueses llevaron a cabo dos obras de gran trascendencia: Por un lado, desecaron una gran zona marismeña que se correspondería con las actuales Artekale, Barrenkale y Ocho de enero. Por otro lado, levantaron un nuevo puerto, posiblemente en algún paraje muy cercano a la iglesia de San Juan y a la ibarra de San Juan (no es casualidad que la calle que cruza la tal ibarra se denomine calle del Puerto).
Por último, los guerniqueses pretendían que se llevara a cabo la canalización de la ría para facilitar la navegación hasta la villa y así se lo solicitaron a Fernando el Católico, en 1476, en su visita para jurar los fueros, sin embargo dichos planes se fueron olvidando y sólo se llevó a cabo un pequeño canal donde se ubicaban el puerto y el edificio de la rentería. Según Etxaniz y Pou, parece que para comienzos del siglo XVI Gernika ya disponía de este nuevo canal, denominado Ibaibarria, que recorría todo lo que en la actualidad es la calle Ocho de enero.

Área de influencia de la rentería de Gernika
Según Sabino Aguirre Gandarias el campo de acción de la rentería de Gernika, que ya por entonces estaba plenamente dedicada al control del mineral de hierro y de los productos siderúrgicos elaborados en las ferrerías, abarcaba un amplio espacio.
Comenzando por la margen izquierda de la ría, el área de influencia se alargaba hasta la ferrería de Morga citada en la carta puebla. Igualmente, a una ferrería en Ziloniz, cerca de Múxika, ferrería tempranamente documentada en el siglo XI, lo que la convierte en la más antigua de la zona.
Puede llamar la atención que las ferrerías de Busturia no entraran en el área de influencia de la rentería de Gernika. En Opinión del profesor Aguirre, estas ferrerías cumplirían los trámites de aduana o rentería en Bermeo, evitándose el viaje de ascenso por la ría hasta Gernika, con su consiguiente retorno.
Continuando por la margen derecha, la rentería de Gernika abarcaría en su campo de acción a la ferrería de Oma (que a causa de lo notorio de su edificación, se utilizó en la carta fundacional por linde), a las ferrerías de Zentokiz (¿Zendokiz?) y de Katukorta (de las que se desconoce su ubicación exacta), lasa ferrerías de Uharka y de Ororoaga en la anteiglesia de Arratzu, y la ferrería de Sastodeazales, de la que se desconoce su ubicación.
Otra ferrería pudo ser la de Gogorza, en Gerrikaitz. Puede extrañar que esta ferrería acudiese hasta Gernika. La explicación parece encontrarse en que en la tal zona el poder de los Albiz era tan intenso, que habría obligado a que los pagos de aduana se hicieran en la lejana rentería de Gernika (en poder de los Albiz Meceta) en lugar de la mucho mas cercana rentería de Lekeitio.
Dentro del campo de acción de la rentería de Gernika se encontraban las dos ferrerías de Berreondo (no se sabe si pertenecían a la anteiglesia de Arratzu o a la de Mendata) y la ferrería de una persona de apellido Umeza o Armeta, en la anteiglesia de Mendata.
Estas doce ferrerías compraban el mineral de hierro en el puerto de Gernika y pagaban las tasas en su rentería. Igualmente, pagaban los impuestos pertinentes sobre los productos siderúrgicos elaborados en las dichas ferrerías, cuando llevaban a embarcarlos en el puerto de Gernika, para su posterior comercialización.

(Fuentes: Aldaba Nº 121. “Las tres renterías de Lumo Gernika.
Autor: Alberto Iturriarte. Gernikazarra Historia Taldea.)



Vikingos en Urdaibai
Los árabes conquistaron casi toda la península Ibérica a principios del s. VIII, apareciendo desde mediados y finales de ese siglo focos de resistencia en las montañas del norte que se consolidaron con la creación de pequeños reinos.
Apenas se dispone de información escrita de la Alta Edad Media en nuestro territorio y los restos arqueológicos son muy escasos, perola información administrativa del emirato y del califato de Córdoba es abundante y muy fiable y recoge con exactitud los ataques a los territorios del norte y los botines obtenidos. En ellos se detallan las “aceifas” o expediciones de saqueo que lanzaban periódicamente contra el reino de “Banbaluna” (Pamplona)”, “Álava” y “Qastilya”.
En estos textos se citan los “al-Bashkunish” (los vascos) y, en algunas ocasiones, junto a ellos los “al-Madjus”. Los investigadores escandinavos más importantes, como Melvinger, no tienen ninguna duda en identificar madjus como vikingos, afirmando que este es el nombre con el que se les cita en fuentes árabes occidentales.
Los historiadores que han estudiado los ataques vikingos a la Península Ibérica señalan el año 844 (230 de la hégira) como el inicio de las incursiones que se inician en Lisboa el 20 de agosto, unos días después atacan Cádiz y el 5 de septiembre llegan a Sevilla, saqueándola durante un día y una noche hasta que vuelven a sus barcos. A partir de aquí se irán produciendo hasta cuatro grandes oleadas contra la Península Ibérica que van a terminar a principios de s. XI. Antón Erkoreka es de la opinión de que los reyezuelos vikingos utilizaron la costa vasca como retaguardia de sus ataques a la Península. Posiblemente se trataba de reyezuelos vikingos de procedencia noruega que asentados en Irlanda, utilizaban nuestra costa, aliándose con jauntxos locales o simplemente instalando sus factorías. Uno de estos lugares donde pudieron instalarse fue Urdaibai (Busturialdea).
Entre los meses de mayo y julio del año 823 (208 de la hégira), un ataque dirigido por Abd el-Kerim descendió por una garganta llamada Guerniq o Djernik, “detrás de la cual había una llanura donde tenía el enemigo sus almacenes y provisiones; y cayeron las gentes del ejército sobre aquellos llanos y los tomaron, y en cuanto a las provisiones de aquellos almacenes se apoderaron de ellas... y salieron los muslimes gananciosos y triunfantes”. En algún texto se añade que Abd el.Kerim envió “...sus falanges hasta la mar”.
Dos años después, en agosto de 825, una nueva aceifa o ataque musulmán terminó con una violenta batalla que se desarrolló al pie de una montaña que el cronista denomina Djabal al-Madjua, es decir “la montaña de los madjus”, terminando con la derrota de los cristianos. Las crónicas cordobesas conceden importancia a esta campaña denominándola “la expedición de la victoria” (ghazwat al-fath). Según Antón Erkoreka la montaña de los madjus, que algunos autores traducen como la montaña de los adoradores del fuego, podría hacer referencia a alguno de los montes bocineros donde en la Edad Media vizcaína, se encendían hogueras y se hacían sonar las bocinas para llamar a la Asamblea que se celebraba en Gernika. El monte bocinero más próximo es Sollube, situado justamente sobre Busturia
La herencia nórdica
Al margen de algunos topónimos en la desembocadura de la ría de Urdaibai la huella de los vikingos puede encontrarse en la organización política de Bizkaia y en la construcción y terminología naval.
El señorío de Bizkaia era originariamente independiente, siendo gobernado por un Señor elegido por los hombres libres del territorio. El título, con el paso de los años, se convirtió en hereditario y, tras la invasión castellana de 1175 y la incorporación a este reino en 1179, acaba acumulado a los reyes de Castilla.
El gobierno del territorio se ha realizado por las Juntas Generales, que reunían un representante de cada localidad, decidiendo libre y democráticamente los asuntos de Bizkaia. En opinión de Antón Erkoreka esta organización democrática, en clara oposición con las sociedades feudales de su entorno, el modo de convocar la Asamblea o Batzarra en la ciudad santa de Gernika encendiendo hogueras en los montes y tocando la bocina en los llamados “montes bocineros”, las asambleas vecinales para elegir representantes y otras características, pueden tener una clara influencia nórdica.
Todos los estudios sobre la arquitectura naval cantábrica en la Edad Media nos confirman su relación con las embarcaciones nórdicas, los barcos tenían un perfil simétrico, es decir, la popa y la proa eran iguales; su casco de sección en uve y el bastidor formado por finas cuadernas con forro a tingladillo, o sea con las tablas solapadas, con los bordes superpuestos. Estas embarcaciones las encontramos representadas en los sellos de los municipios costeros de los siglos XIII y XIV, como son los casos de Donosita, Bermeo o Biarritz. Así mismo la semejanza entre alguno de los navíos vikingos rescatados en el fiordo Roskile y las chalupas utilizadas por nuestros pescadores desde la Edad Media hasta principios del s. XX son evidentes.
También un buen número de vocablos de carácter náutico utilizados por nuestros pescadores son de origen nórdico. A modo de ejemplo, algunos utilizados en Bermeo son los siguientes:
• Estriborrá (estribor) compuesto por “styr” y “board” o sea costado derecho.
• Baborrá (babor) de “bak” y “board” costado izquierdo.
• Tolétie (tolete) del islandés “tholl” o inglés “thole”.
• Lemié (timón) de “loodsman”, “piloto”.
• Erlíngie (relinga) del neerlandés “ra” “verga” y “lijk” “relinga”: cabo con que se refuerzan las orillas de las velas.
• Eskotá (escota) del neerlandés “schoot”: cabo que sirve para cazar las velas.
• Baríngek del sueco “wranger”: costado de un buque.
• Balándrie (balandra), procede de “bylander”, de “by”:cerca y “land”:tierra “en neerlandés bijlander.).Estas embarcaciones en sus trayectos, jamás perdían de vista la costa..

¿Dónde los encontraríamos?
Es curioso que, a pesar de la intensidad y gravedad de los ataques vikingos a la Península Ibérica, no se conoce ningún yacimiento de esta procedencia. Si la hipótesis planteada por Antón Erkoreka, de la instalación de alguna factoría en la retaguardia, en la costa vasca, fuera cierta, y si las construcciones de madera y las prácticas de incineración de cadáveres nos hubieran dejado algún rastro, cabría plantear la posibilidad de encontrar sus vestigios en Baiona, en Txingudi y más probablemente en Urdaibai, acaso en Mundaka o en Busturia.
Concretamente ha centrado su investigación en Altamira de Busturia y con la ayuda de Eusko Ikaskuntza, han realizado un estudio mediante sísmica de refracción. Para ello se crea una onda de compresión que atraviesa el subsuelo de la zona estudiada y se recoge en una serie de sensores o geófonos alineados en la superficie del terreno, Así se obtiene una especie de foto del subsuelo en la que podemos diferenciar sedimentos, rocas, y otros materiales según su densidad y espesor. El estudio se ha realizado en el gran meandro que forma el río Mape, entre la ladera sobre la que se asienta el barrio de Altamira de Busturia, Torrezarreta y la cantera de Atxurkulu. El resultado ha sido el descubrimiento de una especie de gran dolina o poza de 260 m de largo por 125 m de ancho y una profundidad de más de 7m, rellena actualmente de sedimentos. Una especie de canal de unos 4m de profundidad la comunica con el cauce de la ría de Mundaka-Gernika atravesando el barrio de San Cristóbal. Cabe pensar que antes de la colmatación de este gran espacio con sedimentos estaría llena de agua formando una especie de ensenada cuyas riberas serían precisamente Altamira por el norte y Torrezarreta por el suroeste.

Recopilado de la revista Avnia nº 11.Artículo “Vikingos en Euskal Herria” de Antón Erkoreka.


EL PECIO DE URBIETA

Manu Izaguirre
Luis Valdés
Durante las obras de reparación de la canalización de la ría de Gernika financiadas por el Ayuntamiento y la Demarcación de Costas, aparecieron a finales del mes de julio de 1998 restos de una embarcación de madera construida a tingladillo. Su eslora estimada es de 10-12 m. La cronología establecida por radiocarbono la sitúan entre los años 1450 y 1460.

LAS CLAVES GEOGRÁFICAS E HISTÓRICAS
El estuario de la desembocadura del río Oka, su red hidrográfica y las tierras y montes que la circundan, fueron declarados por la UNESCO Reserva de la Biosfera en 1984. Con posterioridad, el Gobierno Vasco redactó la Ley 5/1989 de Ordenación y Protección de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que amplía con el Plan Rector de Uso y Gestión de la Reserva de Urdaibai de 1993, regulando el uso y dando protección a este entorno. Dentro de esa Ley, se estableció protección hacia los yacimientos arqueológicos y los elementos patrimoniales históricos y artísticos. A pesar de estas disposiciones aún existe un vacío de protección sobre esta zona de marisma por parte del Departamento de Cultura del Gobierno Autónomo, que no considera las zonas de marismas de presunción de hallazgos arqueológicos. Aspecto que hacen extensible a todas las marismas de la Comunidad Autónoma, a pesar de los hallazgos de los últimos años.

Este estuario está protegido de los vientos dominantes de NW por el cabo de Machichaco. Tiene su boca parcialmente cerrada por una barra de arena (barra de Mundaka) y está guardado por la isla de Izaro, habitada en diferentes épocas por monjes franciscanos. Su extremo oriental se cierra con la peña de Ogoño. Su profundidad lo hace navegable hasta la Villa de Gernika, 6 km. tierra adentro.

Esta villa se desarrolló como puerto próximo a Lumo, en el lugar en que las características de navegabilidad por la oscilación de la lámina de agua, influencia de las mareas, impedirían o desaconsejarían remontar aún más la ría. Esta villa se convertirá en el centro neurálgico de Bizkaia en momentos claves de la Historia del Señorío. Para comprenderlo debemos tener en cuenta su ubicación. Gernika se halla asentada sobre la cruz formada por los caminos reales de Bermeo a Durango y de Bilbao a Lekeitio, que se suman a una vía natural como es la ría, probablemente más segura que los caminos, inseguros e intransitables en ciertas ocasiones y momentos históricos.
La historia de la navegación por esta ría está aún por escribir en las épocas más antiguas. Sin ninguna duda, se halla ligada a los movimientos por el Cantábrico de los romanos, tanto en los momentos de exploración de nuevas vías de comunicación, como en los momentos de guerra de conquista de los pueblos del noroeste. De esta presencia tenemos constancia en el entorno de la desembocadura, en Portuonodo y presumimos su ampliación hasta el entorno de Forua y quizá hasta la zona de la actual Gernika. Desde ese momento hasta las descripciones documentales que relatan la ruta comercial mediante barcos venaqueros entre Mundaka y Gernika, no hay datos de navegación. Aspecto que no es preocupante ya que existirán restos de embarcaciones en los depósitos de sedimentación de la ría. La constancia de que los municipios de Ajangiz y Arrazua, limítrofes al de Gernika, tuvieron puerto apoya la existencia de una cierta tradición de relación con la ría como vía de comunicación, y no sólo como reserva explotada de recursos alimentarios.
La antigüedad del puerto de Gernika está claramente certificada en el documento del Privilegio expedido por el Conde Don Tello, Señor de Vizcaya en Orduña el 28 de abril de 1366. «Sepan quantos esta Carta de previllejio vieren como yo don Tello Conde de Vizcaya, é de Castañeda, é Señor de Aguilar, é Alferez mayor del Rey don Henrique con placer de todos los Vizcainos fago en Guernica de parte de Luno poblacion, é Villa que le dicen el puerto de Guernica... ». Hemos de asumir que el puerto y su entorno son anteriores, quizá un siglo, a este privilegio y que por su importancia acumulada y su suficiente estructura y población son adecuados para ser considerados y acreditados como Villa diferenciada de Lumo. Asimismo, hemos de considerar que no se constituye como puerto sin que exista una tradición previa, tanto de uso de embarcaciones menores para la pesca en aguas interiores, como de mayor envergadura para transporte de mercancías. Este aspecto fue ya estudiado por S. Aguirre Gandarias, en los documentos existentes de 1366 a 1526. Sin embargo, éste no era un puerto exento de problemas. Las limitaciones naturales son un objeto de preocupación permanente y un límite a la expansión y crecimiento portuario. La vocación de la villa por convertirse
en un importante puerto interior es una constante en la documentación. Lo que creemos
que fue un pequeño embarcadero al final de una sinuosa ría quería ser convertido en un gran puerto marítimo que convirtiese a Gernika en la capital del Señorío de Vizcaya. En los últimos años del siglo XVII, Gernika continúa siendo el centro comercial que acapara las transacciones mercantiles de la Merindad de Busturia.
La actividad de los habitantes de esta cuenca destinada a la transformación del hierro, es fundamental a la hora de comprender la actividad del puerto y la navegación por la ría. La presencia de las ferrerías, de las que se conserva una interesante documentación de su actividad junto con la carencia de hierro de benévolas características metalúrgicas similares a las de los yacimientos de Bilbao y Somorrostro avalan el comercio de mineral semitransformado en las ferrerías de monte o de mineral bruto hasta Gernika, y desde allí su distribución por caminos carretiles hacia las ferrerías.
Esta actividad provocó la creación de una Rentería para regular su comercio mediante el control de las pesas y balanzas, así como el almacenamiento de hierro transformado, orientado generalmente al consumo exterior. Su ubicación fue cercana a los muelles del puerto, en la margen derecha y conectada con la villa por medio de un puente. Este punto está recogido en grabados de época y se ha mantenido el topónimo en un barrio de la villa actual, junto al puente del camino a Lekeitio y Durango.
De esta manera podemos valorar la importancia que Gernika tiene como centro mercantil y dinamizador del comercio de la comarca. El tándem del pequeño puerto y la Rentería junto a las vías citadas, completaban este panorama de actividad comercial y de transformación, dando salida a los productos locales manufacturados a través de los caminos y la ría en embarcaciones de escaso calado, hacia los puertos de Mundaka y Bermeo. Indicativo de la importancia comercial adquirida por el conjunto de la Rentería y Puerto de Gernika en la economía del Señorío, es que la residencia del Recaudador General de la Tesorería de Bizkaia es esta Villa, durante el s. XV.
La toponimia conserva aún otros datos que son interesantes. La ría en la zona próxima a la Rentería, aguas abajo, se bifurcaba en dos brazos, siendo conocida como la isla de Portuzarra (puerto viejo), lugar donde debió existir un cargadero de mineral y en sus proximidades un astillero de ribera.
Tanto la isla como la zona de acopio de mineral, fueron localizadas, muy probablemente, durante los trabajos arqueológicos de seguimiento de las obras que motivaron el hallazgo del pecio. La existencia del astillero puede ser avalada, muy posiblemente, por la presencia de un buen número de cortes de árbol, que como ya es conocido, tiene formas que permitan tallar las varengas y los genoles.
Pero ésta no es la única información que se tiene de la actividad asociada al río, molinos de marea, actividad portuaria o de navegación. No vamos a extendernos aquí con los datos recopilados en el pueblo, de trabajadores de la construcción o de agricultores. Basta decir, a modo de ejemplo, que durante la construcción de un edificio de viviendas en el casco urbano de Gernika, en la proximidad de la plaza de San Juan Ibarra, se encontraron los restos de una embarcación de madera, posiblemente una «barcaza» completa que fue destruida. En obras próximas a la estación de ferrocarril de Gernika y a la plaza se hallaron puntos de amarre, argollas de hierro de grandes dimensiones.
La decadencia del puerto de Gernika no fue brusca. Durante siglos su actividad parece que fue la de un trajín de mercadería entre Mundaka y Gernika. Su existencia estaba subrayada por la idea de variar el trazado de la ría, simplificándolo mediante un canal, lo que marca el deseo y la lucha de la villa por superar las dificultades físicas y ampliar la capacidad del puerto. Hay dos noticias que son interesantes tocantes a la canalización. La primera, referente al siglo XV, recogida por las arqueólogas Izaskun Pujana y Argi Diez no parece estar totalmente corroborada; la siguiente son los previos a la obra que hoy conocemos. Lo que parece claro es que a ese puerto no podemos darle una clara ubicación si no es a través de su descubrimiento arqueológico. Pero dado el interés que despierta y la importante obra de canalización que se pretende abordar, debía estar claramente configurado. En el siglo XVII parece hallarse próximo a San Juan Ibarra , a no más de 100 m. del curso actual del canal.
Este curso, finalmente, fue canalizado terminando su construcción en 1923. El trabajo consistió en abrir un nuevo trazado que cortaba el curso natural. De esa manera quedaron abandonados, a ambos lados, los antiguos meandros. Otras obras civiles de importancia, como la prolongación de la línea de ferrocarril desde Gernika a Bermeo, afectaron a este curso fluvial recortando los meandros que fueron sellados con rellenos. En cuanto al puerto no sabemos cuál de todas le causó mayor impacto. Es posible que tuviese sus efectos también la construcción de la carretera que une Gernika con Busturia y Bermeo. Lo cierto es que el puerto es citado como tal en los proyectos de canalización y con posterioridad, ya el siglo XX, sólo su nombre queda presente en la toponimia. Vestigio de la actividad es la ruta de las gabarras areneras hasta la década de los 60. Su punto de descarga es el puente de Rentería. Este será el último acto mercantil con barcos a través del canal.
Desde el final de las obras de canalización, los meandros abandonados siguieron estando pobremente conectados al canal, sirviendo de drenaje a las tierras de cultivo de la vega y en algunos casos, recibiendo vertidos que casi los llegaron a cegar.

EL HALLAZGO

En la proximidad de la antigua confluencia del río Oka y su afluente el Golako, en el paraje denominado Urbieta (zona entre dos aguas), a 4 m. de profundidad, se ha localizado un pecio sepultado en el lodo de la Ría. El proyecto de reparación de canalización de la Ría de Gernika incluyó un seguimiento arqueológico a propuesta del Ayuntamiento de Gernika, a pesar de que esta zona no estaba considerada de presunción arqueológica por el Gobierno Vasco. El hecho de remover el cauce antiguo de la Ría en la zona conocida como Portuzarra y la falta de indicios reales de la actividad portuaria, provocó el interés municipal. Este interés se materializa en el proyecto con la participación de Luis Valdés en su diseño y con la posterior contratación de un equipo arqueológico, Gastiburu S.L., por parte de la empresa constructora Moyua S.A., para el seguimiento de las obras.
Desde octubre de 1997, durante el seguimiento de las obras, el equipo arqueológico había descubierto
elementos patrimoniales de interés. Estos hallazgos podemos resumirlos en cuatro puntos:
– hallazgo de cerámica romana (Terra Nigra, s. II a.C.)
– cortes de troncos posiblemente asociados a la construcción naval
– una construcción pequeña a base de troncos datada por C14 en 640 d.C.
- zonas almacenamiento de mineral de hierro cercanas a la Rentería del puerto.

Pero el principal hallazgo se producirá el noveno mes de trabajo. El 23 de julio, a las 12:30, la arqueóloga Argi Díez, comprueba que la retroexcavadora que colocaba la escollera en la margen izquierda, extrae del lodo del cauce algunas piezas de madera que sugerían la presencia de un barco.
En la primera valoración del hallazgo por parte de Luis Valdés se comunica a la dirección de Obra del Ayuntamiento y a la constructora la singularidad y posible antigüedad del pecio, por lo que se toma la decisión de paralizar cautelarmente los trabajos, hasta la evaluación del hallazgo por parte de la Diputación de Bizkaia. La parada de los trabajos, en ese punto, fue oficial cuatro días más tarde.
A partir de ese momento, el Servicio de Patrimonio de la Diputación inicia los trámites para acometer la excavación, con la adecuación de una partida presupuestaria. Por su parte, el Ayuntamiento participa en la excavación con un segundo presupuesto.

METODOLOGÍA DE EXCAVACIÓN

El hallazgo se realiza en uno de los meandros cortados del cauce activo, parcialmente controlado por un dique que lo aísla de la influencia de las mareas. El planteamiento de la excavación del pecio necesitó de la creación de un segundo dique, aguas arriba, que dejase en seco el tramo donde se iba a trabajar. La posición de los restos, parcialmente tapados por la nueva escollera, y lo estrecho del cauce (4 m.), pidió la adecuación de un campo de trabajo amplio que asegurase las personas y los restos. Esta ampliación se realizó con las máquinas de Moyúa S.A. Para el drenaje se realizaron cuatro pozos por debajo de la cota del pecio, donde se recogiesen las aguas filtradas, disponiéndose un tándem de bombas eléctricas para su control.
El área de trabajo, se convirtió en pocos días en una zona semiseca. El primer trabajo fue la disposición orientada de una cuadrícula y la realización de una microtopografía a 10 cms., de toda el área entre los diques. A partir de este momento, la excavación se realizó según las técnicas usuales en excavación, documentándose los hallazgos y traspasándolos a un sistema CAD para su posterior análisis. El área de trabajo fue cubierta con toldos para evitar el exceso de insolación y la desecación, a la vez que se trasladó un punto de agua para mantener los restos permanentemente mojados por riego. En la zona de trabajo fue instalada una mesa de levigado (criba) para recogida de muestras y recuperación de objetos pequeños.

DESCRIPCIÓN DEL HALLAZGO

No podemos decir que el hecho de hablar de un meandro abandonado suponga que el río principal del que se supone sea meandro haya tenido una configuración constante a través de la historia. Por el contrario, hay constancia documental de las continuas alteraciones de la trayectoria del cauce y de que la actual obedece a época moderna. Por ello, la situación actual del pecio no tiene por qué identificarse con la actual configuración fluvial pues posiblemente se tratase de un brazo secundario relacionado con una corriente principal que se encauzaba en ese punto hacia la vertiente izquierda de la cuenca. Por lo tanto no es fácil relacionar con exactitud la presencia del barco en su concreta ubicación con determinadas actividades enclavadas documentalmente en dicho paraje.
No obstante, podemos constatar que la embarcación reposa sobre un terreno en suave declive, casi horizontal, de la orilla izquierda del río o quizá de un brazo del mismo. Tanto sus inmediaciones como el lecho en que reposa está constituido por una secuencia de capas de gravilla rodada de mineral de hierro alternada con finas capas de arena.
En el interior de la embarcación existía una zona de mineral que colmataba el interior del casco respondiendo su depósito a una secuencia temporal en que la chalupa ya se encontraba desarticulada en la postura en que ha llegado hasta nosotros. En este sentido es de reseñar que el mencionado depósito no ocupa una zona simétrica o similar con respecto al eje de crujía de la embarcación, que sería el tipo de colmatación propio de una embarcación venaquera como consecuencia de su propio uso sino que se encuentra depositada en la zona más baja del casco deformado tal como hoy podemos encontrarlo. Dicha tesis puede inducirnos a pensar que el depósito referido obedece a la época en que el casco ya estaba abandonado y deformado según la actual disposición.
Por todo ello no podemos conjeturar la hipótesis de que el uso de la chalupa haya estado directamente relacionado con el transporte de mineral lo que a primera vista haría pensar tanto el lecho en que se ha encontrado varada como las características de los depósitos de mineral circundante. No obstante, para conclusiones más categóricas será necesaria la interpretación de los análisis que al respecto se lleven a cabo.
No obstante el pecio de Urbieta corresponde a una embarcación menor, construida en madera totalmente a tingladillo. Sus restos han aparecido concentrados, ocupando una extension de 12 x 5 m. aproximadamente.
La quilla, con una dirección de 10° posiciona el barco guardando la orientación aproximada del cauce fluvial. Tal disposición, a través del tiempo, provocó una rotura del barco de forma que en la actualidad aparece con el casco correspondiente a la banda de babor extendida en el cauce, en un asiento prácticamente horizontal. Así pueden observarse la quilla y paralelas a ella la totalidad de tracas hasta la regala de babor en un claro abatimiento. En la zona próxima a la popa, un sector del casco de la banda de estribor reposa sobre el interior de la embarcación apoyado sobre los restos correspondientes a la banda de babor. Por ello, esta zona del casco deja a la vista su aspecto exterior, mientras que el resto obedece al interior de la embarcación.
La estructura es de varenga y genol. El genol se une a la parte superior de la varenga (y no lateralmente) por medio de dos cabillas de madera. Aunque las dimensiones de la sección de los genoles tipo sean de 12-13 x 6-7 cms. existen algunas mucho menores (6 x 3 cms.).
Puede apreciarse una gran diferencia en la elaboración de las cuadernas. Mientras los genoles están muy bien escuadrados formando cuatro facetas paralelepipédicas, las varengas son más bastas, en las que a veces puede observarse labrada tan solo su cara inferior que permite su adaptación a las tracas del casco. La separación interejes de cuadernas es de 50 cms. aproximadamente.
Las tracas del casco son de roble, de 15 cms. de anchura por 2 cms. de grueso, y van unidas a las cuadernas a base de cabillas de madera. Las cuadernas son del mismo material.
El solape entre tracas del casco es de 3 cms. y la unión entre ellas se hace a base de clavos de reviro en hierro de sección cuadrada y arandelas rectangulares con cierta tendencia rómbica, clavados cada 16-17 cms. Examinada su elaboración, puede decirse que dichas arandelas se obtienen de un fleje de 27 mm. aproximadamente de anchura y 2-3 mm. de grosor, que se corta a golpe por cizalladura siguiendo un corte generalmente
no ortogonal con el borde del fleje dando por resultado normalmente porciones rómbicas
más largas que el ancho del propio fleje. Posiblemente tal circunstancia no tenga otro objeto
que conseguir cada arandela con varias anchuras de forma que pueda ser utilizada para
proteger reviros de distintas larguras. Posteriormente, posiblemente en caliente, se perfora
por percusión el centro de la arandela para permitir el paso del clavo sobre la que se revirará
por percusión.
La quilla, confeccionada en madera de haya tiene 8 cms. de ancho por 13 cms. de altura y se une a la roda por un escarpe diagonal visto en planta. La roda se desarrolla según una curva muy suave (3,40 m. de radio) que hace pensar en una proa muy lanzada, en el caso de que no haya sufrido deformaciones a través del tiempo.
Sin embargo, no se han encontrado por el momento restos del codaste por lo que se deberá esperar al final de los trabajos de extracción para poder conocer sus características.
La totalidad de la embarcación, es decir, tanto su interior como su exterior están embreados a
base de calafate de color ocre amarillo. Hasta no proceder a su análisis no podrán conocerse sus características cualitativas.
En el interior del casco y en la zona central aparecen indicios de un posible granel clavado a las varengas. No han aparecido restos de jarcia excepto de una bigota limpia de tres agujeros que no debe necesariamente pertenecer al barco pues no ha aparecido inmerso en el contexto arqueológico correspondiente al casco sino en sus inmediaciones.
A causa de la falta de la regala en toda la embarcación no se puede constatar por el momento la existencia de algún sistema de remos.

RECUPERACIÓN Y FUTURO

Las operaciones de limpieza y evaluación del yacimiento no sólo han tenido el objeto de conocer y poner de manifiesto la totalidad de los elementos arqueológicos relacionados con el pecio y posibilitar así la toma de datos para su posterior investigación, sino asimismo la evaluación del contexto y entorno para posibilitar la posterior operación de recuperación del conjunto.
Conocidos los resultados iniciales de los análisis cronológicos por C-14 que aproximan la datación de la embarcación a la cifra más arriba indicada y habida cuenta de la morfología y características técnicas de su arquitectura debe plantearse que nos encontramos ante la única embarcación que obedece a este perfil tipológico en la península. Esta circunstancia y la importancia intrínseca que el hallazgo pueda suponer en el contexto de la Comunidad Autónoma Vasca ha obligado tanto a la Dirección de la excavación como a las Autoridades competentes a la recuperación total de los restos pese a la magnitud del conjunto y su posterior conservación, descartando soluciones al uso en situaciones análogas como el reenterramiento de los restos, evitando así la necesidad de su conservación y cuantos problemas se derivan del mismo, así como del depósito en almacenes especiales.
En este sentido debemos considerar que ambas alternativas suponen notables problemas de difícil solución. Si el enterramiento evita los gastos de la conservación, posterior restauración y depósito, conlleva por otro el problema del propio enterramiento que obliga a que se lleve a cabo en un lugar de gran seguridad cuyas características subterráneas sean análogas a las del lugar del hallazgo. Y lo que no tiene menor complejidad, el enterramiento debería ser accesible a controles periódicos de los materiales soterrados.
No cabe duda de que finalmente son conjuntos de valores los que inclinan la balanza en uno u otro sentido pero uno de los factores que en muchos casos es decisivo en la elección de la alternativa es la rentabilidad cultural del hecho en sí, argumento de difícil evaluación pero que obliga al gestor a moverse más en el campo de las previsiones y las apuestas de futuro que en el cumplimiento estricto de las leyes en ese momento vigentes.
Por ello, y conscientes de la necesidad de su recuperación y conservación, el siguiente punto a resolver ha sido el propio método de extracción. Aunque el procedimiento más habitual en casos referentes a cascos de embarcaciones es el desmontaje de la totalidad de las piezas que configuran la arquitectura del barco, eliminando previamente la ligazón existente entre ellas, es cierto asimismo que cada caso es diferente y las soluciones a aplicar varían a tenor de las circunstancias. En el caso que nos ocupa es impensable tal procedimiento habida cuenta de que cada traca se sujeta en sendos bordes de sus dos inmediatas a base de una hilera de clavos de reviro con una separación entre sí de 16-17 cms. tal como se ha descrito más arriba. Por otro lado, hay que mencionar que el estado del hierro de la clavazón es muy bueno lo que supondría un notable impedimento en el proceso de corte, sobre todo teniendo en cuenta que la unión producida entre las tracas es de gran solidez.
En dicho procedimiento queda patente que dicho aserrado o corte de los clavos supone una clara destrucción de un número muy sustancial de elementos arqueológicos como son los mencionados clavos, al margen del indudable riesgo de deterioro de la madera circundante.
Condicionados por la serie de circunstancias expuesta se tomó la determinación más apropiada al caso como es la extracción en bloque del conjunto completo permitiendo así el comienzo del proceso de conservación por inmersión en polietileno glicol tras la correspondiente limpieza del casco.
Finalizada la fase de conservación de una duración no inferior a 3 años, deberá someterse el conjunto
a un proceso de restauración y de recuperación formal que permitirá su correcta exhibición final.

BIBLIOGRAFÍA
AGUIRRE GANDARIAS, S: «Gernika Medieval y Postmedieval a través de los documentos (1366-
1526)», Ilunzar-92, Jornadas de Arqueología Medieval, 1991, p.8.
GOMEZ TEJEDOR, J. et alli: Tres estudios sobre Guernica y su comarca, Ed. Conmemorativa del VI
Centenario de la Fundación de la Villa de Guernica, Excma. Dip. Prov. De Vizcaya, 1970, p.106.


EL CORREO

La embarcación más antigua del Cantábrico expuesta en el Museo Marítimo de Bilbao (28-02-2006)
(El Correo) Dicen que en el mar se esconden los secretos mejor guardados. Esos que sólo el azar consigue desvelar en ocasiones contadas. Una de ellas tuvo lugar en la ría de Gernika en el verano de 1998. A cuatro metros de profundidad se encontraba oculta la embarcación más antigua del Cantábrico hasta ahora descubierta: el pecio de Urbieta. Tras años de recuperación histórica, la Diputación de Vizcaya exhibe desde ayer esta pieza en el Museo Marítimo de Bilbao, donde permanecerá anclada durante los próximos dos años.
Dedicado al transporte de hierro desde los ricos filones de mineral de Las Encartaciones a las ferrerías de Urdaibai, este barco del siglo XV salió a la superficie cuando, por casualidad, operarios toparon con él en el transcurso de las obras de dragado realizadas en Gernika. Nadie esperaba un descubrimiento de tal magnitud y, una vez dispuestas las evaluaciones pertinentes, se procedió a su extracción mediante una grúa de 200 toneladas. «Se tuvo que arrancar del lodo en una pieza ya que los tablones del casco estaban cosidos entre sí con clavos doblados en sus extremos», reconoció el arqueólogo foral, Iñaki García. Unos trabajos que sólo marcaban el inicio de una intervención que se ha convertido en un precedente en toda Europa debido a las técnicas utilizadas.

Desde el tratamiento químico a base de cera líquida para la consolidación de la madera de roble, en el que estuvo sumergido durante tres años, hasta su reconstrucción, el ambicioso proyecto en el que han tomado parte quince especialistas internacionales ha llegado por fin a buen puerto. «Ha sido una aventura arriesgada pero también es un documento único para conocer las formas de construir barcos que existían en el País Vasco durante el medievo», expresó la diputada de Cultura, Belén Greaves.
Material de excavación

La exposición se presenta, en este sentido, como un viaje en el tiempo. Además de la pinaza reconstruida, cuyo tamaño es de 12 metros de eslora y 4 de manga, siete paneles ilustran gráficamente cómo fue su deterioro, así como la forma que pudo adoptar el antiguo puerto de Gernika a finales del siglo XV. Las investigaciones llevadas a cabo por los expertos revelan que esta embarcación «modesta» de vela y remos fue abandonada cerca del astillero hace 500 años por sus propietarios, quienes la habían reparado en varias ocasiones con el objetivo de mantener su actividad marítima.

El paso del tiempo fue hundiéndola en el lodo de la orilla de la ría. De hecho, sólo el costado del casco enterrado quedó protegido de los cambios climáticos y las mareas. El resto, desapareció. Distintas fotografías y materiales como cuadernos de dibujo e instrumental de excavación, utilizados en la reconstrucción son la prueba del esfuerzo por recuperar una «obra de arte». Su próximo viaje, el futuro Museo Arqueológico de Vizcaya del Casco Viejo, donde echará finalmente amarras.


CANALIZACIÓN DE LA RÍA

La necesidad de la construcción de un canal para la mejora de la navegación en la Ría de Gernika es un viejo proyecto inacabado cuyos antecedentes se remontan al siglo XV, concretamente al 30 de julio de 1476 cuando Fernando V de Aragón –rey de Castilla por su matrimonio con Isabel de Trastámara y conocidos ambos como Reyes Católicos- visita Gernika para jurar y confirmar los Fueros y costumbres del Señorío y, en agradecimiento a las demostraciones de afecto, el Rey prometió canalizar la ría. Este primer proyecto se llevó a cabo años más tarde, el 3 de octubre de 1494 cuando los Reyes Católicos encargaron al Licenciado Juan de Loarte “que se informase del beneficio que importaría a Guernica y a otros lugares del recorrido de esa ría si se cortase su canal, pues por los rodeos que en ella existen se hacía larga la travesía de Bermeo a Guernica: cuánto podía acortarse la distancia, y si con las obras que se ejecutasen habría más profundidad y las naos llegarían a las villas”.
La dificultad y limitaciones en la navegación por el poco calado del cauce y escaso caudal hasta el puerto de Gernika, por acumulación de sedimentos y arrastres, ya se conocían implícitamente en la propia declaración fundacional de la Villa, un siglo antes en 1366, al librar a las embarcaciones del pago de determinados impuestos que eran contemplados para otros lugares como las grandes villas marineras, mejores receptoras de navíos.
La navegación de navichuelos mercantes y venaqueros hasta la Villa, todavía está documentada a principios del siglo XVI, cuando estas embarcaciones subían hasta la casa de Ochoa Martinez de Barrutia situada en Artecalle, edificio conocido como del puerto de suso, y en la que hubo argollas de amarre hasta principios del siglo XX.

NECESIDAD Y PROYECTOS DE LA CANALIZACIÓN
El interés de Gernika y Lumo en la canalización era doble. A la facilidad en la navegación se le unía también el deseo de acabar con las periódicas crecidas y las consiguientes inundaciones que sufrían, y de las que hay constancia en los años 1380, 1402-03, 1408, 1418, 1440, 1441, 1447, 1453, 1481, 1551, 1552, 1553, 1581, 1590, 1593, 1606, 1651, 1709, 1737, 1762, 1775, 1777, 1778, 1801, 1839, 1858, 1869, 1874, 1877, 1903, 1953, 1961, 1975, 1977 y 1983. Pero las más destacables entonces por los daños que causaron fueron entre otras las del año 1590, que arrastró el puente de la “Rentería”, inundó la iglesia de San Juan, y causó numerosos desperfectos.
A finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, al motivo de la dificultad en la navegación se le unió la del saneamiento de las marismas, amplia zona pantanosa llena de juncales, y que eran consideradas focos de paludismo, fiebre amarilla etc., enfermedades que en diferentes períodos históricos habían asolado la zona. Se conocen en Gernika las mortíferas epidemias de fiebres malignas sufridas, destacando sobre todo las habidas en los años 1803-1804 y 1805 y que llevaron a sanear, con la plantación de árboles, zonas de la localidad como la Ibarra de San Juan y el Ferial. El último registro de fiebre amarilla en la zona es del año 1890.

DIFERENTES PROYECTOS DE CANALIZACIÓN
Todos los intentos, órdenes reales etc. No pasaron de ser buenos propósitos hasta que a finales del siglo XVIII, el 20 de julio de 1790 las Juntas Generales vizcaínas comisionaron al perito Josef Ramón de Aldama para que realizase un estudio pertinente y propusiese la forma de facilitar el comercio a través de la ría hasta Gernika.
Realizado el estudio, en 1792 Aldama propuso que la Diputación General acometiera las obras manifestando que “su barra tenía mayor calado que la de Portugalete, pues daba 18 pies de fondo en las bajamares vivas; la orientación de la bocana y su anchura eran también excelentes, pues permitían la entrada a vela con los vientos del Oeste, Noroeste, Norte, Nordeste, Este y Sureste”. Ello significaba una guerra comercial contra el Consulado de Bilbao, empeñado en la obra del “Puerto de la Paz” en Abando, pero como consecuencia del estallido de la Guerra de la Convención en 1795, se olvidó el proyecto.
El primer anteproyecto concreto, con planos y presupuesto realizado por el arquitecto Juan Bautista de Belauzarán, fue el de 1821. En este año la Diputación Foral vizcaína se dirigió a las Cortes Españolas solicitando se concediera la autorización correspondiente y se permitiese establecer rentas o impuestos especiales a los pueblos que resultasen beneficiados en la construcción del canal. El Gobierno recibió la documentación el 25 de febrero de 1823. Sin embargo, ya en 1822, la expedición militar del Duque de Angulema y ciertos acontecimientos políticos que se dieron, junto con la reclamación de varios particulares y de algunos pueblos de la zona, obligaron a retrasar para más adelante la obra.
En 1827 hubo otro estudio sobre el terreno encargado al Brigadier Comandante de Marina de Bilbao, Ignacio Colmenares, pero que tras entregar su informe no fructificó debido a ciertos acontecimientos políticos.
La Real Junta de Fomento de la Riqueza del Reino en 1831 y la Regencia provincial en 1841 impulsaron nuevamente los anteriores y otros estudios y proyectos. Pero nuevamente no prosperó debido a las reclamaciones entre otras, de Murueta, Forua y Busturia, quienes estaban entonces en contra del proyecto por “necesitar las cañas para abono y la hierba para el ganado”. Gernika, Mundaka y Pedernales insistían por su parte en llevar a cabo el proyecto.”Gernika se convertiría en un centro comercial y Mundaka conseguiría un dique para formar una pequeña bahía”. Aún así, el proyecto quedó olvidado en los registros del Estado.
Las Juntas Generales acordaron en 1858 realizar estudios y presupuestos definitivos de las obras de canalización, trabajo que llevó a cabo el ingeniero Evaristo de Churruca y que fue supervisado por el ingeniero jefe de la Demarcación de Costas de las provincias Vascongadas, Juan de Orense. Con este trabajo se consiguió que el Estado financiase un proyecto de mejora de la ría, que la Dirección de Obras Públicas aprobó el 9 de noviembre de 1864.
Este proyecto, finalizado el 30 de junio de 1870 y con un costo de siete millones de reales, tenía sus inicios en la zona de Oca (municipio de Muxika) y fue llevado a cabo por el ingeniero Juan de Orense. No obstante quedó archivado en el Ministerio de Fomento. Ante ello la Diputación de Bizkaia y los ayuntamientos de Gernika, Ajángiz, Arrazua, Kortézubi, Gautégiz de Arteaga, Forua, Murueta, Busturia, Pedernales y Mundaka continuaron las gestiones para conseguir realizar el proyecto. A ellos se les unió el Diputado al congreso por el Distrito de Gernika. Angel Allendesalazar, quien había visto en el proyecto una sensible mejoría para los pueblos ribereños, beneficio para la agricultura y una puerta abierta para el comercio.

LA CANALIZACIÓN
Gracias al impulso de Allendesalazar el 24 de agosto de 1884 se aprobó un proyecto de ley de siete artículos que suponía entre otras cosas considerar a Mundaka puerto de refugio y se autorizaba la constitución de la Junta de Obras que ejecutase los trabajos de canalización. Pero el impulso sufrió un parón al morir el 18 de marzo de 1880 su máximo impulsor, Angel Allendesalazar, presidente de la Junta, y también porque había falta de fondos para sufragar el dragado hasta Chacharramendi y cuyo costo ascendía a cuatro millones de reales.
El último impulso para llevar a cabo la canalización de la ría fue debido a Luis de Landecho y Jordán de Urries-cuñado y sucesor de escaño del difunto Allendesalazar- y a Manuel de Allendesalazar, hermano del difunto.
El nuevo proyecto de canalización confeccionado por José de Lequerica fue finalizado el 30 de septiembre de 1896.
El 28 de septiembre de 1903 se dio comienzo a las obras.
La construcción del canal trascurrió con normalidad hasta el 7 de mayo de 1910, cuando llevaban construidos 2.439,50 metros de longitud, debido a corrimientos de tierras que imposibilitaron seguir con el proyecto. En 1910 se modificó el proyecto, y nuevos corrimientos de tierras hicieron que la Junta de Obras excavara todo el canal, hasta encontrarse con el viejo cauce de la ría, en Murueta.
En la madrugada del 23 de febrero de 1921, el vapor “Gallo”, encargado del suministro de dinamita a toda España, embarrancó en la barra de Mundaka, en un punto próximo a Portuondo. El buque transportaba doscientas ochenta toneladas de dinamita. Ello produjo gran alarma y pánico en Mundaka y Bermeo, hasta el punto que sus habitantes, masivamente, abandonaron los pueblos. Ante tal circunstancia el Gobernador Civil adoptó medidas para salvaguardar la situación, decretando vigilancia para los pueblos vacíos y movilizó al personal técnico de la “Dinamita”. Durante todo el día, personal de la empresa y vecinos contratados de pueblos vecinos, descargaron y estabilizaron más tarde la carga mediante gabarras, y tras ser desembarrancado, el día 25 el buque prosiguió su viaje. El 17 de mayo de 1921 se propusieron obras de encauzamiento que evitasen los peligros de la navegación y se presentó un nuevo proyecto de encauzamiento de la desembocadura de la ría el 16 de noviembre de 1921, que fue devuelto. El 21 de julio de 1923 se redactó un nuevo proyecto que fue aprobado el 14 de agosto de 1924, pero nunca fue ejecutado.

EPÍLOGO
El canal de la ría Mundaka-Gernika nunca se inauguró. Las obras nunca se culminaron a pesar de llevarse a cabo entre 1903 y 1923, años en los que se ejecutó un tramo del mismo de una longitud de 4.500 metros, entre la zona de Aldape-Rentería, en términos de los municipios de Gernika y Lumo y Ajánjiz, y la punta de Orube, en las proximidades de Murueta.
Hubo escándalos e investigación por malversación de fondos, y tal grado de corrupción que llevó incluso a que se llevara a cabo un engaño colectivo, cuando en 1922 el rey Alfonso XIII visitó Gernika y las obras del canal.
Para tan regia visita, la Junta de Obras del Puerto y Ría llevó al Rey hasta el puente de Rentería, desde cuyo centro se le mostraron las evoluciones de un barco pesquero –traido expresamente desde Bermeo- que navegaba desde el puente hasta la curva de la Merced. La realidad del calado y profundidad del cauce era otra. Oculta por la curva que hace la ría, y en las proximidades de Urbieta, se levantó una esclusa que no era visible desde el puente y mediante la cual la lámina de agua existente propiciaba la navegación y así hacía posible que fuera navegable la ría en un tramo de 300 metros.
Posteriormente en los años 1927, 1931, 1935 y 1936 se hicieron nuevos esfuerzos para llevar a buen fin la culminación de las obras, sin llegar a cuajar la iniciativa.
En 1936 el Gobierno Vasco también llevó a cabo gestiones para proseguir las obras, pero debido a la situación de guerra el asunto tampoco continuó.
Los últimos atisbos de proseguir con las obras se llevaron a cabo en 1947 y 1957. En 1968 la Diputación Provincial de Bizkaia en su plan de Aprovechamiento Especial de la Ría y, el Plan Comarcal de Gernika-Bermeo, contemplaban la culminación entre otras cosas, la de las obras del canal, pero fueron muchas las voces que se levantaron en contra del mismo.
A mediados de la década de los 70 hubo intentos por ejecutar el plan, pero el incipiente movimiento popular que se organizó en 1976 al amparo de la comisión “Zain dezagun Busturialdea”, terminó por retrasar la ejecución del mismo y paralizó el proyecto.



Texto recopilado del Dossier “El canal de la Ría de Guernica-Mundaca” cuyo autor es Jose Angel Echaniz Ortuñez “Txato” y fue editado en la revista Aldaba nº 91 en 1998.


LA BATALLA DE GERNIKA
Estamos en el año 1835. El país se desangra en la guerra entre los ejércitos carlistas y liberales. El horrible combate que pasamos a relatar está tomado del libro “Crónica general de España-Crónicas del Señorío de Vizcaya” de Francisco Rodríguez García. Publicado por Aquiles Ronchi en Madrid, en el año 1865. En ella murieron más del doble de personas que en el bombardeo de Gernika.

PREPARÁNDOSE PARA EL COMBATE:
(...) El jefe liberal Iriarte había salido hacia los puertos, pernoctado en Bermeo y Mendata, y tomado la dirección de Guernica. Calculó Sarasa (general carlista) que pasaría la noche en este punto, para salir hacia Lequeitio al día siguiente. Y confiando en la superioridad de sus fuerzas, pues no llegaban a tres mil los hombres que llevaba Iriarte, resolvió marchar a su encuentro. Sabiendo además que en Oñate había cuatro batallones carlistas sin objeto particular, dispuso Sarasa que se incorporasen a su columna en Mendata y Albiz, donde los esperaría.
Después de un pequeño descanso en Guernica, Iriarte siguió su marcha hacia Lequeitio. Supo esto Sarasa, y para llegar a tiempo de impedirlo, salió de Zornoza al rayar el día primero de mayo (...). Pero al llegar las fuerzas de Sarasa a la explanada inmediata a la del Hambre (sic), en el monte Andracas, una densa niebla cubrió este punto y empezó a caer una lluvia abundante y continua. Dos horas y media tuvo formadas sus columnas en medio del campo por no tener edificios donde guarecerlas, y la copiosa lluvia que cayó sobre ellas en todo este tiempo las puso en un estado deplorable. (...).
PRIMER COMBATE EN LAS CALLES DE GERNIKA
Iriarte, después de haber pernoctado en Mileste, distante media hora del paraje que ocupaban los carlistas, tomó el camino de Lequeitio, y contramarchando se dirigió a Guernica. Sarasa conoció su intento. Y corriendo a anticipársele, ocupó esta villa cuando el liberal distaba aún de ella más de una hora. (...) Después de escoger posiciones y tomar medidas oportunas para batir completamente al enemigo, le esperó.
Presentóse Iriarte y se rompió el fuego. Los liberales acometieron con tal brio que rechazaron los puestos avanzados de los carlistas. Y arrollándolo todo a su paso, y marchando sobre cadáveres, se apoderaron de sus primeras posiciones. Mas al penetrar en las calles de Guernica, el valor de los liberales se estrelló ante la invencible resistencia de las masas, de tal modo que tuvieron que replegarse y emplear contra la villa y otros puntos la artillería.
REFUERZOS CARLISTAS DESDE BURGOA
En situación tan apurada para los liberales, aparecen por las alturas de Burgoa los batallones guipuzcoanos (carlistas) y dan una impetuosa acometida al flanco izquierdo liberal. Iriarte se ve obligado a destacar una gran parte de sus fuerzas contra sus nuevos enemigos, pero le preocupan más los poseedores de Guernica, en cuya villa resolvió pernoctar.
La noche se acercaba, la situación de los liberales empeoraba por momentos era necesario apelar a un esfuerzo extremo. Entonces Iriarte decide jugar el todo por el todo: Reúne a su gente, la arenga, la entusiasma, y puesto a su cabeza se arroja intrépidamente a conquistar el pueblo.
SEGUNDA EMBESTIDA LIBERAL EN EL PUENTE DE RENTERÍA
Acomete por última vez el puente, lo atraviesa pisando montones de cadáveres, penetra en la villa y llega a la plaza dejando el suelo cubierto de muertos. Los intrépidos vizcaínos (carlistas), protegidos por los lanceros, les dan allí una terrible carga a la bayoneta. Y los liberales, cansados de pelear contra fuerzas superiores y valientes, van poco a poco cediendo el terreno, declarándose al fin la victoria por los carlistas.
PARTE DE BAJAS Y DE CALAMIDADES
Terrible y desastrosa fue para Iriarte esta derrota. “Solamente en el pequeño recinto desde la venta de Tablas, vega de Rentería y calles de Guernica hasta Ereño-dice un documento de procedencia carlista-se recogieron y sepultaron como aparece de varias certificaciones, cuatrocientos cincuenta y tres cadáveres de jefes, oficiales y tropa. Sin contar con los que se ahogaron por haberse volcado al paso de los primeros la escalera que hacía de puente, y en su carrera se tiraban al agua. Ni tampoco los que después de Ereño mataron las partidas de observación y compañías de bloqueo de Lequeitio, que pasan de ciento.
Entre los prisioneros, solo se hallaron cincuenta y cinco heridos, que se dirigieron a los hospitales. Pero sé que por haberlos tenido muy a retaguardia se llevaron multitud de ellos para Lequeitio. Además, quedaron en nuestro poder, entre pasados y prisioneros, doscientos y un individuos, toda la numerosa brigada, dos piezas de artillería de montaña con su tren, y municiones, cajas de guerra, armamento y otros efectos.
Fueron fusilados, en represalia del asesinato cometido últimamente por la misma columna con dos soldados nuestros hechos prisioneros, dos coroneles, un teniente coronel, dos capitanes, un teniente y tres subtenientes, después de haber recibido los auxilios espirituales.
Nuestra pérdida, aunque muy sensible, ha sido insignificante comparada con la gran victoria, por consistir en un coronel, dos capitanes, dos subalternos y cincuenta y cinco sargentos, cabos y soldados heridos en la división de mi mando.”

LOS LIBERALES SITIADOS EN EL CONVENTO DE LA MERCED
Las fuerzas de Iriarte(...)quedaron cortadas por el enemigo en el convento de monjas de Rentería, unos doscientos hombres. Solos y cercados por todas partes por los victoriosos carlistas, aquellos valientes resolvieron en su abandono perecer entre las ruinas del convento antes de rendirse.
Sarasa acude rápidamente a sitiarlos y les invita a la rendición, pero no le contestan. Les invita a que dejen salir a las religiosas y no obtiene respuesta alguna. Intenta entonces el ataque e incendio del convento, pero tampoco consigue nada: Tras las puertas quemadas hallaba fortísimas paredes de guardafuegos que los sitiados habían improvisado. Viendo la inutilidad de este medio, Sarasa se propone abrir en el coro una brecha por la cual penetrase el humo de los combustibles que amontonaba alrededor del convento. Y a este fin manda poner tras el altar mayor una pieza de artillería. Tampoco logró su objetivo. Espartero venía a salvar aquel puñado de valientes, impidiendo al jefe carlista realizar sus propósitos (...).
ESPARTERO RESCATA A LOS LIBERALES SITIADOS EN LA RENTERÍA.
Espartero llegó a Guernica, y desde el alto de Muniketas divisó las llamas que devoraban el convento. El horrible espectáculo que presentaba aquel lugar sagrado a que habían aplicado sus teas incendiarias los defensores del altar, el temor de que sus valientes defensores fueran presa de las llamas que lo devoraban, enardecieron su valor y avivaron su deseo de salvarlos a todo trance, arrojando inmediatamente de aquel lugar a los carlistas.
Para anunciar a los sitiados su aproximación e infundirles aliento en tan supremos instantes, mandó disparar tres cañonazos. Al oirlos y apercibirse de la llegada de tales fuerzas, los carlistas se retiraron a Arratia, y los guipuzcoanos marcharon a su provincia por Munitivar.
Quiso Espartero perseguir a éstos por las calzadas de Astoaga, pero no pudo darles alcance. Y vivamente interesado, por otra parte, en salvar cuanto antes a los heroicos defensores del convento, bajó a Guernica por Mendata.(...).
Al ver adelantarse a Espartero al frente de un piquete de caballería, los sitiados se lanzan del convento a un pantano. Y con el agua a las rodillas y los ojos arrasados de lágrimas corren a abrazar al animoso caudillo, que, conmovido por el llanto de aquellos valientes, llora también. A seguida, corre al convento, consuela a los heridos, hace que sean prontamente auxiliados, da las gracias a las monjas por los eficaces y caritativos socorros que les prestaron, y reconoce por sí mismo el espantoso estado del edificio.

El día 4 de mayo Espartero dictó la siguiente orden del día:
“Soldados: Van a desfilar por delante de vosotros ciento noventa y cuatro valientes, que atacados por ocho batallones, batidos por la artillería a menos de tiro de pistola, y rodeados del incendio que devoraba el débil edificio a que se habían acogido, no han titubeado un instante entre el honor y la muerte que les amenazaba. Han sellado su lealtad con sangre. Y la patria, admirada, premiará y transmitirá a la posteridad los heroicos hechos de tres días, en que el hierro, el plomo y las llamas han cercado a estos bizarros militares(...) para eterno honor de los regimientos de Gerona y el Príncipe, a que pertenecen”.
Estos son los hechos.



JUAN MANUEL SARASA LOCEN: Militar navarro nacido en Ollo en 1785 y fallecido en Pamplona en 1856. Combate contra las tropas de Napoleón en Alemania y Suecia. Participa activamente en las campañas realistas de 1821 a 1824, y en 1833 toma partido por la causa del pretendiente carlista, combatiendo junto a Santos León y Sagastibeltza, organizando el movimiento carlista en la merindad de Pamplona. En 1835 es ascendido a general de los carlistas vizcaínos, enfrentándose al general isabelino Iriarte en Gernika. Participa en el segundo y tercer sitio de Bilbao.

Textos y documentación gráfica: David A. Carrero y Alberto Iturriarte. Gernikazarra Historia Taldea. Editado en la revista Aldaba en el número 101. Año 1999.