domingo, 18 de enero de 2009

19XX PORTUA

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ARQUITECTURA DE LAS INDUSTRIAS CONSERVERAS EN BERMEO

Arquitectura de las industrias conserveras en Bermeo

Amaia APRAIZ SAHAGÚN, Doctoranda en Historia del Arte. U. P. V. / E. H. U

En la historia constructiva de las industrias transformadoras de pescado en Bermeo podemos distinguir tres momentos: un primer periodo, marcado por el nacimiento de la Casa – Escabechera de la Cofradía de San Pedro que intentó ejercer el monopolio; un segundo momento determinado por la liberalización del sector con el traslado a las costas de las aduanas y el surgimiento de espacios destinados a la realización de conservas en torno al puerto; y, por último, la aparición de los inmuebles dedicados exclusivamente a esta actividad, ahora situados a las afueras de la Villa, que podríamos fechar a partir de los años 10 del siglo XX. Los cambios económicos y la incorporación de nuevas tecnologías vendrán acompañados de transformaciones en la tipología arquitectónica, que analizamos a continuación.1

2. - LA CASA – ESCABECHERA DE LA COFRADÍA DE SAN PEDRO

Para 1791 Bermeo contará con su casa escabechera2, admirada desde el siglo XIX. Este inmueble no se conserva en la actualidad, pero según documentación fotográfica conocemos su aspecto original. Se trataba de un edificio cúbico y muy volumétrico, caracterizado por su sobriedad y el empleo de la piedra, en clara sintonía con las pautas del Neoclasicismo. Al exterior se ve un claro predominio del muro, reduciéndose los vanos a tres pares de pequeñas ventanas que marcan la división interna en pisos, y un doble arco de entrada que recuerda a la arquitectura civil del XVIII. Con ella comparte el empleo de sillarejo en los paramentos, con refuerzo de aparejo bien escuadrado en los ángulos y las ventanas. La cubrición a cuatro aguas con alero saliente coloca al edificio a medio camino entre un academicismo estricto y una tradición constructiva más popular.
Casa Escabechera de la Cofradía de Pescadores de San Pedro (Bermeo)
Casa Escabechera de la Cofradía de Pescadores de San Pedro (Bermeo). Urkidi, Jesús; Munoa, Manu; Astui, Aingeru (dirs.): Bermeo Argazki Zaharrak, p. 749.

Estas instalaciones solamente podían ser explotadas por aquella persona que adquiriera por remate la especie a elaborar, generalmente besugo y túnidos, quien tenía derecho a emplear todos los útiles de trabajo y demás equipamiento de la casa escabechera. De este modo, no podemos considerar a esta primera escabechería más que una protoindustria, en cuanto reúne en un mismo espacio todo el utillaje y procesos necesarios para la elaboración de las conservas, pero no posee una explotación metódica de la producción. El beneficiario de la comercialización de sus escabeches varía en función de la identidad del rematante, y la planificación económica no va más allá de la transformación de una partida concreta.

3. - 1841 – 1910: LA LIBERALIZACIÓN DEL SECTOR

Tras el decreto de Espartero de 1841 que trasladaba a la costa las aduanas, se produjo el nacimiento y florecimiento de las conserveras. Por estas fechas comienzan a establecerse escabecheros en toda la Villa, aprovechando la favorable situación del mercado, e incluso algunos de ellos tendrán sus emplazamientos en terrenos públicos, lo que nos remite a un intenso crecimiento del sector.

A partir de este momento Bermeo se convierte en cabeza de todos los puertos del litoral vizcaíno, imponiéndose incluso a Bilbao, que había detentado la primacía en cuanto a conserveras modernas hasta esos años3. Si bien es cierto que originalmente los establecimientos que fabricaban escabeche al margen de la Cofradía no contaban con ningún tipo de infraestructura, ya que la mayor parte de las labores de transformación del pescado se realizaban en domicilios, desde 1841 empiezan a aparecer las primeras fábricas propiamente dichas, que aúnan las conservas de pescado con el enlatado de productos alimenticios en general. La primera de ellas será “La Bermeana”, de 1863, a la que se sumarían para 1869 “La Vizcaína” y “La Vascongada”, y, poco después, “Nuestra Señora de Begoña”4. La entidad arquitectónica de estos inmuebles debió de ser grande, y en 1885 Juan Ramón Iturriza los destacaba como edificios “que embellecen las calles” del bermeano arrabal de Traque5.

A diferencia de las fábricas posteriores a 1910, estos inmuebles no tuvieron más preocupación constructiva que la referente a su ubicación, tanto en relación con las vías de comunicación como al mercado. Arquitectónicamente, se trataba de edificios en forma de nave, normalmente con un piso añadido superior donde se ubicaban las oficinas y otras dependencias auxiliares. Como materiales, según fue tradicional en todo el Cantábrico, se empleaba el muro de mampostería enlucida y techumbre de madera.

4. - LAS FÁBRICAS CONSERVERAS A PARTIR DE 1910

De este periodo destacaremos, entre otros, tres ejemplos que han llegado a nuestros días: las conservas Garavilla, Serrats y Ormaza.
Conservas Garavilla
Conservas Garavilla. Fotografía: Amaia Apraiz

Conservas Garavilla recoge el testigo que desde el siglo XIX unía espacio productivo y espacio administrativo y habitacional, si bien transforma el modelo creando una imagen de modernidad desconocida hasta entonces. Cuando hacia 1916 el maestro de obras Teodoro de Vidaechea concluía el encargo de su fundador6, inauguraba la tipología de grandes naves longitudinales y fachada telón, al tiempo que incorporaba el hormigón como base constructiva. A partir de este momento funcionalidad, diafanidad e imagen de empresa quedarán indisolublemente unidas a la arquitectura de las conserveras.

Conservas Serrats
Conservas Serrats. Fotografía: Amaia Apraiz

Al mismo modelo pertenece la actual sede de Conservas Serrats, construida en 1925 para albergar los almacenes de la empresa7. Su artífice, el arquitecto municipal Pedro de Ispizua, será el responsable de mirar al ejemplo de Vidaechea, al que incorporará elementos que relacionan esta fábrica con el estilo del nuevo ensanche bilbaíno. Se incorpora así el carácter urbano del sector, que iba siendo absorbido de los arrabales por el crecimiento de la Villa. De hecho, el proyecto original contemplaba la realización de un bloque de viviendas sobre el almacén, ahondando en la relación entre la población y la industria.

Durante estos años, y hasta el comienzo de la Guerra Civil, el crecimiento del sector fue generalizado, produciéndose frecuentes ampliaciones e incluso la creación de nuevas sedes. Una de las más destacables es la de Angelo Parodi, que levantará en 1932 un nuevo edificio, realizado por Castor de Uriarte8. En líneas generales podemos decir que no aporta diferencias significativas respecto a los modelos de la década anterior (mantiene la fachada telón y las naves diáfanas de un solo piso), pero incorpora un elemento que había permanecido ajeno a los edificios precedentes: la cubierta en “shed”, en lugar de la tradicional a dos aguas. Se inaugura así una ligera variante sobre el aspecto habitual del sector, que algunos otros empresarios irán adoptando progresivamente.

Proyecto de la fábrica Conservas Angelo Parodi
Proyecto de la fábrica Conservas Angelo Parodi. ARCHIVO MUNICIPAL DE BERMEO, sig. 1107 (1932)

Con la Guerra Civil se produce un retroceso en el desarrollo económico general que afecta también a las conserveras, y que impide el alzamiento de nuevos edificios. Para comprobar los cambios en las tipologías de las fábricas tendremos que esperar hasta 1942, cuando Ormaza realiza su actual edificio, de la mano de Pedro de Ispizua9. Esta conservera supuso un importante punto de inflexión en el tradicional aspecto de las fábricas de este sector, ya que, sin renunciar a la tradicional unión de vivienda y empresa, incorporará un nuevo estilo vinculado al denominado “racionalismo al margen” con el que la arquitectura de la industria conservera bermeana entra definitivamente en la modernidad.
Conservas Ormaza
Conservas Ormaza. Fotografía: Amaia Apraiz

En el plano constructivo son muchas las empresas que reconstruyen sus instalaciones durante los años 60 y 70, aplicando nuevos criterios de funcionalidad, con estructuras prefabricadas de marcada longitudinalidad. Una de las principales diferencias con la tradicional conservera es la aparición de la techumbre plana, que sustituye a los tejados en doble vertiente y al “shed”. Su inclusión acabará por producir una completa transgresión de los presupuestos que habían caracterizado a un elemento icónico preciso: el aspecto de las antiguas factorías terminará por ser sustituido por el más uniformador de las nuevas naves industriales. Los inmuebles modernos destacarán sobre los antiguos en un mayor predominio de la ventana apaisada, y en la altura que adoptarán, sobrepasando incluso los tres pisos, al encontrarse en solares reducidos. Por último, el espacio cúbico y la planitud de sus paramentos, carentes casi por completo de decoración, acaban de conformar la fisonomía de la penúltima tipología conservera. La sede de Conservas Arroyabe (fig. 6) constituirá un buen ejemplo de este estilo, abandonado al trasladarse la mayoría de las fábricas a los polígonos industriales del exterior de la Villa.
Conservas Arroyabe
Conservas Arroyabe. Fotografía: Amaia Apraiz

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

Azpiazu, J. A. (dir.): Las conservas de pescado en el País Vasco. (San Sebastián, 1997)

Ciriquiain - Gaiztarro, M.: Los puertos marítimos del País Vasco, (San Sebastián, 1986)

Homobono, José Ignacio (dir.): Conservas de pescado y litografía en el Litoral Cantábrico (Madrid, 1993)

Ibáñez, Maite; Santana, Alberto; Zabala, Marta: Arqueología Industrial en Bizkaia, (Bilbao, 1988)

Iturriza, Juan Ramón: Historia de Vizcaya, ( Bilbao, 1981)

Prado Antúnez, Ana Isabel: Bermeo. Estudio Histórico – Artístico, (Bilbao, 2000)

Rivera Medina, Ana Mª: Estudio histórico del Puerto de Bermeo, (Vitoria, 1997)

Urkidi, Jesús; Munoa, Manu; Astui, Aingeru (dirs.): Bermeo Argazki Zaharrak (1885 - 1936) (Bermeo, 1988)

Zabala eta Otzamiz - Tremoya, Ángel: Historia de Bermeo, (Bermeo, 2000)

1Este trabajo ha podido ser realizado gracias a la concesión de la Beca Angel de Apraiz, otorgada por Eusko – Ikaskuntza en 2003.

2Vid. ARCHIVO MUNICIPAL DE BERMEO, Estado de las fabricas y artefactos existente en la villa y sus barrios jurisdiccionales en 30 de Junio de 1861, sig. 37 (8 de Agosto de 1861)

3López, Ernesto: "Escabeche, salazón y conserva. Una primera aproximación a la transformación del pescado en el País Vasco (1795 - 1975)", en Las conservas de pescado en el País Vasco, (San Sebastián, 1997) p. 89

4Apraiz Sahagún, Amaia: “Un patrimonio desconocido: arquitectura de las industrias conserveras bermeanas”, en IX Jornadas de Urdaibai sobre desarrollo sostenible. Patrimonio Cultural, pp. 85 – 89, (Vitoria – Gasteiz, 2004) p. 86

5Iturriza, Juan Ramón: Historia de Vizcaya, (Bilbao, 1981) pp. 703 - 704

6ARCHIVO MUNICIPAL DE BERMEO, Libro de Actas, del 4 - I - 1915 al 26 - XII - 1916, sig. Libro nº 52 (30 de Mayo de 1916)

7ARCHIVO MUNICIPAL DE BERMEO, sig. 1103 (1924)

8ARCHIVO MUNICIPAL DE BERMEO, Pabellón para fábrica de salazón en el terreno que posee lindando con las calles Capitán Zubiaur y del General Artieta., sig. 1107 (1932)

9ARCHIVO MUNICIPAL DE BERMEO, Proyecto para fábrica de conservas en la Avenida del Generalísimo, sig. 1108 (1942)

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