martes, 20 de enero de 2009

IZARO, HISTORIA Y TRADICION

HISTORIA Y TRADICION

Aunque es posible que en la isla de Izaro existiera desde más antiguo un eremitorio bajo la advocación de Santa María Magdalena, la primera fecha histórica relativa a la isla es la del 27 de Febrero de 1422, en que el Concejo de Bermeo hizo donación de los terrenos de Izaro a Fray Martín de Arteaga para fundar un convento franciscano, reservándose la Villa la jurisdicción civil y judicial. El fundador del nuevo convento acompañado de otros tres jóvenes frailes de su regla se instalaron definitivamente en Izaro el 2 de Mayo de ese mismo año. Fray Martín se dirigió entonces a la Santa Sede a fin de solicitar de Su Santidad la aprobación de la concesión y solicitar la extensión de todas las gracias y privilegios de que gozaban el resto de los conventos franciscanos para el nuevo de Santa María de Izaro, lo cual aceptó de buen grado el Papa Martín V en 1427.

Vista de la isla de Izaro con el convento franciscano y el peñón de Potorro-harri

en el derrotero de Pierre Garcie (1483-1520)



Los Señores de Bizkaia tuvieron especial devoción por el convento de Izaro. Así, nos constan las visitas de Enrique IV (1457), de Fernando "el Católico" (1476) y de su esposa Isabel (1483). Todos ellos otorgaron al convento diversas gracias y favores, como la escalinata de piedra caliza de 255 peldaños que esta última mandó construir desde el mar hasta la entrada de la iglesia conventual. No debemos dejar de citar las considerables limosnas donadas por Felipe II y Felipe III, o las 200 misas que cada año encomendaba celebrar a los frailes de Izaro dña. Isabel de Valois. Incluso D. Juan de Austria les envió 2.000 ducados de oro para celebrar la victoria de Lepanto.

Los piadosos frailes de Izaro se alimentaban de los frutos que obtenían "in situ", que no eran otros que "galletas, hierbas o peces, así como de los huevos de gaviotas, que por millares aninaban en la isla". Igualmente recibían numerosos productos de los pescadores y marinos, con los que mantenían excelentes relaciones, puesto que los franciscanos isleños realizaban labores de ayuda a la navegación izando señales y encendiendo fogatas. En los momentos de mayor precariedad, se dice que los frailes colocaban una enseña blanca en la espadaña del convento para llamar la atención de los bermeanos, que acudían a socorrerles.

Dibujo de la Isla de Izaro realizado por Yradi (1844), donde se pueden ver las ruinas del convento y ermita

de la Magdalena



También sufrió este convento el ataque de los corsarios. El 1 de Septiembre de 1596, una flotilla de 14 naves tripuladas por hugonotes rocheleses apareció frente a Bermeo. Al no poder asaltar la Villa por la resistencia que hallaron, la tripulación de uno de los navíos atacó la isla, desembarcando en la misma. Se cuenta que el padre prior, fray Juan de Zabala, acompañado de otros dos monjes, tomaron el Santísimo y los cálices y se encerraron en una cueva. Fray Juan no fue descubierto, pero sí los otros dos, a los cuales los piratas les desnudaron y obligaron a bailar para recreo de los asaltantes. Asimismo, intentaron destruir el convento y mutilaron algunas imágenes sagradas. Entre tanto, enterado don Gonzalo Ibáñez de Ugarte de la aparición de los piratas y de su intención de asaltar Bermeo, reunió en Mundaka a 400 hombres armados, atacándoles y obligándoles a retirarse. La leyenda dice que uno de los barcos, en su huída, se hundió frente a Lamiaren, pereciendo toda su tripulación excepto un grumete, que fue el que difundió la noticia.

Tras el asalto se volvió a reconstruir el convento, aunque perdió su belleza original y la fama y prosperidad de otras épocas.

Andra Mari de Izaro

(Quentin Massys)



Copia del cuadro de la Magdalena del

convento de Izaro, actualmente en

paradero desconocido.

Vista la pobreza en la que subsistían los franciscanos de Izaro, la sra. Ángela Estalejo dono a los frailes una casa en Forua, donde se trasladaron en 1719 dejando la isla para siempre. El convento quedó demolido, y en su lugar se alzó una ermita bajo la advocación de Santa María Magdalena, cuyas ruinas, junto a las del convento, aún se pueden ver en la isla, al igual que algunos peldaños de la escalinata que mandó construir Isabel "la Católica".

Los bienes del convento de Santa María de Izaro fueron trasladados a diversos lugares, donde aún se pueden contemplar:

* Casa de la Misericordia (Bilbao): Tabla hispano-flamenca de la Virgen y el Niño, obra de Quentin Massys.
* Iglesia parroquial de San Nicolás de Bari (Elantxobe): Imaginería y tablas populares sobre la vida de S. Francisco.
* Museo Vasco (Bilbao): Cruz procesional; Cristo de bronce.

Ruinas del convento de Izaro en la

actualidad

IZARO



Isla de Ízaro
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Ízaro es una isla del mar Cantábrico situada en la costa de Vizcaya, frente a las localidades de Bermeo y Mundaca a una distancia de 3 km de la primera y 2,2 km de la segunda. La isla ocupa el centro de la desembocadura de la ría de Mundaca, y se encuentra flanqueada por los cabos de Ogoño y Machichaco. Está comprendida en el área natural Urdaibai.

La isla es alargada, de forma triangular, y está orientada en dirección NO-SE. La parte más alta y ancha de la isla es la parte SE. En su parte más ancha, mide unos 150 m, y su longitud es de 675 m, siendo su altura máxima de 44,5 m. La punta del NO es denominada "Artxikote". Hacia el NE de la isla, y separado de ésta unos 200 m, existe una roca llamada "Potorro-harri" o "Harri-ederra". Al SE se encuentra un embarcadero natural o "puerto" de Izaro.

En la explanada superior se erigió un convento franciscano que fue arrasado por Sir Francis Drake en el siglo XVI.[1] Abandonado el convento, del que apenas quedan vestigios, la isla acostumbraba recibir visitas de jóvenes de acampada, hasta que el patronato de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, de la que forma parte, prohibió tal actividad.

Ízaro es una verdadera colonia de aves marinas, siendo la especie más común la gaviota argéntea, aunque también anidan la gaviota sombría o el paíño común, las garcetas y los cormoranes. En épocas anteriores se criaban en ella conejos (seguramente llevados por los frailes del convento), y en el siglo XIX se arrendaba la isla para que pastaran las ovejas.

Sus costas y alrededores son zonas de buceo y pesca viéndose en verano gran cantidad de pequeñas embarcaciones de pesca deportiva con puerto en Mundaca, Pedernales y Bermeo.

Las gentes del lugar han solido especular sobre el origen de la isla; vista desde la playa de Laga, en el extremo nororiental de la reserva, presenta una forma similar al cabo de Ogoño, lo que ha motivado la creencia de que en tiempos remotos se desgajó de aquella roca hundiéndose en el mar. En cualquier caso la isla forma parte de una misma unidad geológica con la punta de Anzoras, en la margen derecha de la ría.

La festividad de la Madalena [editar]

Sobre su titularidad es célebre la magdalena disputa mantenida entre la villa de Bermeo y la anteiglesia de Mundaca. Ambas localidades han mantenido a lo largo de la historia varios enfrentamientos acerca de sus límites territoriales con el transfrondo de su distinto rango, así defendía la anteiglesia de Mundaca sus derechos sobre la tierra llana sobre la que Bermeo tenía pretensiones. Estas disputas llegaron incluso a Juntas Generales que consideró necesario nombrar una comisión para el establecimiento de los límites, pero ni así se arreglaron completamente las disputas. De aquellos problemas quedan pruebas en la pertenencia de Diminigus a Bermeo y la adscripción de su iglesia a la parroquia de Mundaca.

Quizá de todas aquellas disputas surgiera la leyenda de la regata de Ízaro, de la que aún mantienen algunos autores reservas sobre su verdadera realización. Cuenta ésta que para dilucidar la propiedad de la isla, decidieron mundaqueses y bermeanos disputar una regata bajo el arbitraje de Elanchove, ya que ésta última localidad que también reclamaba la isla, al parecer cedió finalmente a sus pretensiones.

Se acordó que la regata daría comienzo al amanecer, se celebró y los remeros de la trainera de Bermeo salieron victoriosos a pesar de perder a uno de sus hombres que cayó al mar y pereció ahogado; la tradición mundaquesa cuenta, sin embargo, que los bermeanos encendieron hogueras para que el gallo cantara antes, lo que les dio la ventaja necesaria para ganar la regata.

La regata se conmemora actualmente el 22 de julio, día de Santa María Magdalena, con una fiesta de hermanamiento entre Mundaca, Bermeo y Elanchove. En el acto principal de la fiesta, el alcalde de Bermeo que lo será ese día también de Elanchove y Mundaca, en presencia de los alcaldes de Mundaca y Elanchove, lanza una teja al mar junto a la costa de Izaro diciendo Honaino heltzen dira Bermeoko Itxuginak (hasta aquí llegan las goteras de Bermeo), fórmula mediante la cual se renueva anualmente la posesión bermeana de la isla, y se asciende a ella para colocar una ikurriña, siendo casi el único día del año que la isla recibe visita.[2]

Notas [editar]

1. ↑ Descripción del asalto en la Enciclopeida Auñamendi
2. ↑ visita de la Villa de Bermeo


El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la licencia GFDL.

izaro ta andre alkarraz dabiz
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Isla_de_%C3%8Dzaro"
Categorías: Islas de Vizcaya | Mundaca