sábado, 7 de marzo de 2009

Ana Belén, Victor Manuel y otros cantando en euskera

Bermeoko Jaiak / Fiestas de Bermeo

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Ízaro Films presenta

Bermeo, esplendor en la lluvia

Bermeo, esplendor en la lluvia

Asentado en un enclave privilegiado, este municipio vizcaíno concentra algunas de las maravillas geográficas más impactantes del Cantábrico y seduce a sus visitantes por su puerto pesquero, sus tascas y esas esculturas que salpican de arte y belleza sus calles.

J. M.

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Actualizado lunes 12/01/2009 10:38 horas

Nada es comparable en la costa vizcaína a la grandiosidad de paisajes que se guardan en el municipio de Bermeo. Desde la misteriosa península de San Juan de Gaztelugatxe a la isla de Izaro en la desembocadura de Mundaka -dentro de la reserva de la biosfera de Urdaibai-, pasando ineludiblemente por los vertiginosos acantilados que rodean al cabo Matxixako y la isla Aketx, rara vez el Cantábrico es testigo de tantas maravillas juntas. Todas ellas de alguna forma siguen enalteciendo la que fuera durante siglos Cabeza de Vizcaya y que todavía cuenta con una de las mayores flotas de altura del mundo.

Saborear el ambiente nocturno es sucumbir a la calidad de los pintxos en las tascas

A esta parte de Euskadi es recomendable llegar al anochecer para saborear el ambiente nocturno del puerto, con sus docenas de tascas compitiendo en la calidad de sus pintxos y escondidas en callejuelas donde todavía siguen en pie varias iglesias, y con la silueta de la torre de los Ercilla, una de las treinta casas fortificadas que defendían esta villa y que fue fundada a principios del siglo XIII.

Más tarde vale la pena dejarse seducir por los sonidos y movimientos de un partido de pelota vasca en el frontón que se encuentra frente al nuevo puerto. Un puerto que rara vez acoge la totalidad de su flota de altura, casi siempre estacionada en el océano Indico, pero que en cambio tiene como huésped permanente al curioso Aita Guria, la réplica exacta de un ballenero del siglo XVII reconvertido en Centro de Interpretación de la Pesca de los Cetáceos, donde se muestra cómo los arrantzales vascos capturaban enormes mamíferos marinos cerca de las costas de Terranova en Canadá.

Fuerzas de la naturaleza

Ya de noche cerrada, es el momento de sumergirse en la magia de las esculturas de Nestor Basterrechea que llenan muchas de sus plazas, incluida esa Cosmogónica Vasca inspirada en personajes mitológicos y fuerzas de la naturaleza. Se podría dormir frente al mar, pero es recomendable seguir la llamada de la tierra hasta las laderas del monte Sollube, a más de trescientos metros de altura, donde otra escultura de este carismático escultor de Bermeo nos da la bienvenida a Lur Deia, el sueño de un grupo de activistas ecológicos que, después de trabajar durante años, han hecho realidad un centro de agroturismo ejemplar.

Ya de noche cerrada, es el momento de sumergirse en la magia de las esculturas

Si hay suerte y se coincide con una noche de lluvia intensa, se puede tener el privilegio de contemplar al amanecer este trozo de la costa vasca en todo su esplendor. Desde las ventanas de las habitaciones, pero también desde la explanada frente a la casa, surge como una aparición el puerto enmarcado por bosques y caseríos que se pierden en el horizonte, todo ello con una luz intensa que necesita del agua para brillar.

Si en las habitaciones se ha cuidado hasta el más mínimo detalle para que los huéspedes se sientan cómodos -incluido un novedoso sistema de calefacción alimentado por biomasa-, el remate a ese confort rural llevado hasta sus máximos niveles lo constituye el desayuno, donde se prueban algunos de los productos que se cultivan dentro de la propiedad, mientras se contempla el paisaje y se charla con los responsables de este proyecto, que no tardan en transformarse en inusitados guías de la zona.

Insólita Busturialdea

Antes de comenzar la exploración de esta insólita comarca de Busturialdea donde se encuentra Bermeo, hay que conocer la finca de Lurkoi donde no sólo se cultivan hortalizas sino que también se crían truchas en un pequeño lago, además de aves de corral y otros animales que surten las necesidades de la casa. Luego habrá que darse un paseo por el bosque, avistando los diferentes puntos de la costa que se irán descubriendo a lo largo de los siguientes días.

La ermita irradia una aura sobrenatural que es especial durante el solsticio de verano

La gran atracción de la zona es San Juan de Gaztelugatxe, un lugar sagrado en forma de península o tómbolo al que sólo se puede acceder por un camino sinuoso que, después de cruzar un puente sobre las rocas, da paso a una escalera de piedra con 237 escalones. La recompensa al esfuerzo es grande, ya que el lugar, dominado por una ermita cuyos orígenes se remontan al siglo X, irradia una aura sobrenatural que cobra su máxima expresión durante el solsticio de verano, antesala a la celebración de la romería dedicada a San Juan bautista el día 24 de junio.

Esta caprichosa roca marca el comienzo de una costa donde las maravillas se suceden como la isla de Aketx o de los Conejos, un santuario ornitológico aprovechado por miles de aves para anidar durante el verano. Más allá sobresale altivo el cabo de Machichaco con su llamativo faro a más de 120 metros de altura, desde donde se divisa el paso de numerosos cetáceos en ciertas épocas del año.

En el otro extremo de la costa de Bermeo aparece la isla de Izaro, protegiendo la desembocadura de Mundaka y a los cientos de surfistas que cada año acuden para cabalgar sobre la famosa ola izquierda que rompe en la barra de arena, junto a las rocas, estirándose en forma de tubo de 400 m hasta el otro margen del estuario.